martes, 29 de enero de 2008

El Mundo entrevista a Charles-Philippe David

Charles-Philippe David ha estado recientemente en España presentando su último libro La guerra y la paz. Fruto de su visita, han aparecido en diversos medios algunas entrevistas que por su interés colgamos aquí.



CHARLES-PHILIPPE DAVID / Profesor de Relaciones Internacionales
«EEUU seguirá en Irak hasta la próxima década»


Rosa Reneses
MADRID.– Hay que repensar a qué llamamos terrorismo, evitar las guerras preventivas, ser conscientes de que los conflictos son cada vez más asimétricos y resolver el dilema de la seguridad. El profesor canadiense Charles-Philippe David propone nuevos enfoques en las relaciones internacionales en su libro La guerra y la paz. Enfoque contemporáneo sobre la seguridad y la estrategia (Icaria), una obra que estos días presenta en España, bajo el auspicio del think tank FRIDE. Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Québec, David analiza cómo nos afectan las consecuencias del 11-S y cuál será el desenlace de la guerra de Irak durante una entrevista con EL MUNDO.

Quien fue compañero de estudios del general Petraeus –comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak– en la Universidad de Princeton no se muestra muy optimista.

Pregunta.– ¿Los atentados del 11-S han cambiado el mundo?

Respuesta.– No es el mundo el que ha cambiado, sino EEUU. Pero como consecuencia de haber cambiado a EEUU, el 11-S ha cambiado el mundo. El mundo es más o menos el mismo que era antes. Teníamos los mismos problemas: el terrorismo, la seguridad, el cambio climático... Pero lo que realmente cambió el 11-S fueron las mentes de los americanos. Ahora estamos en un contexto de post 11-S, donde las preocupaciones sobre terrorismo en EEUU ya no están en la agenda. Ya han pasado casi siete años. Estamos volviendo a la normalidad. Irak ya no es la prioridad de la opinión pública estadounidense, que ahora se preocupa por la economía y la inmigración. Pero aún estamos estancados en las consecuencias de aquellos acontecimientos: la militarización, la operación sin fin en Afganistán y las consecuencias de la guerra en Irak.

P.– ¿Cambiará la política exterior estadounidense con un nuevo presidente?

R.– Sí y no. Cambiará porque el mundo quiere un cambio, todos están cansados de Bush. Así, volverán el multilateralismo y la diplomacia. Lo que me temo que no cambiará es el miedo al terrorismo. Es un tema recurrente en EEUU. Cualquier presidente post Bush estará concienciado con este tema. Tampoco creo que vaya a producirse ninguna retirada significativa de tropas de Irak hasta después de enero de 2009. Incluso si ganara Barack Obama, no predigo que las tropas vayan a irse en esa fecha. Bush tiene razón cuando dice que los soldados estadounidenses se quedarán en Irak hasta entrada la década de 2010. La única manera de que se vayan es que la ONU tome el relevo. Irak continuará siendo un serio problema en la década de 2010. No podemos ignorarlo como ignoramos otros conflictos, como Somalia o el Congo, porque está en el corazón de Oriente Próximo. Así que Irak seguirá siendo la patata caliente para el siguiente presidente de EEUU.

P.– ¿Hasta qué punto Al Qaeda ha dejado de ser una organización centralizada por Bin Laden y sus comandantes para convertirse en una especie de franquicia del terrorismo?
¿Está en declive?

R.– Al Qaeda es el gran MacDonald’s del terrorismo. Sus adeptos compran la marca, pero no están bajo su control. Pero lo más inquietante es que no sabemos nada sobre
ella. No creo que esté tan organizada como en los 90, pero no está acabada. Aún tiene su santuario, que se ha movido de Afganistán al noroeste de Pakistán, y en el que no sabemos qué está ocurriendo.

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