viernes, 24 de octubre de 2008

Historia de un libro

A continuación, queremos presentar la larga historia de un libro que Icaria acaba de editar —Joglars 77. Del escenario al trullo—. Se trata de una historia apasionante que dibuja el panorama teatral del país durante la Transición, y, por qué no decirlo, del camino a la miseria moral de un bufón lamebotas al servicio de doña Esperanza. Esto último, claro, lo expresa un servidor a título personal.

Rueda de prensa en Madrid
Día: 28 de octubre 2008
Hora: 12.00 h
Lugar: Círculo de Bellas Artes
(Alcalá 42, 28014 Madrid)


Presentan el acto: Juan Margallo (actor, director y prologuista del libro) Elisa Crehuet, Ferran Rañé, Andreu Solsona, Arnau Vilardebò (autores del libro, miembros de Joglars 77 y creadores e intérpretes de La Torna) Rosa Díaz y Mont Carvajal (periodistas y autoras del libro)

Érase una vez...

1961 Se funda la compañía de teatro Els Joglars por Antón Font, Carlota Soldevila y Albert Boadella
1968 Profesionalización del grupo y arranque de una experiencia teatral insólita.
1974 El gobierno del general Franco ejecuta al garrote vil a Salvador Puig Antich y a Heinz Chez. 1977 Els Joglars estrenan la obra La Torna (1), en la que se sugiere que la ejecución de Puig Antich y Chez fue un crimen de estado.
1978 Els Joglars son llevados a un juicio militar. Condenados en Consejo de Guerra por ser los autores de La Torna, sufren un año de prisión o exilio.
2006 Tras el remontaje que hace Albert Boadella de La Torna, seis de los autores-actores que formaban parte de Els Joglars 77 reclaman ante los tribunales la autoría compartida de la obra en cuestión, que Boadella se atribuye a sí mismo. Los jueces fallan a favor de Boadella, aunque en la sentencia admiten que “albergando serias dudas fácticas y jurídicas…”

***
En 1977 el régimen de Franco daba sus últimos coletazos, eran los últimos momentos de los privilegios del ejército franquista, y el juicio a La Torna de Els Joglars se debe entender en relación directa con las penas de muerte injustas que pocos años atrás habían costado la vida a Salvador Puig Antich y al desdichado Heinz Chez, que finalmente ni así se llamaba. El juicio-pantomima a Chez era el hilo argumental de La Torna, y la obra, la gota que colmaba la paciencia de los militares.

Ya en ese año 1977, existían tensiones internas en el seno de Els Joglars y, al incoar los militares un consejo de guerra contra los autores de La Torna, éstos diseñaron dos estrategias de defensa diferentes. En realidad el fondo del problema era que la buena relación entre Boadella y el resto de los miembros de Els Joglars se había acabado. Por otro lado, la acusación de los militares recaía en los autores de La Torna y desde la prensa hasta la sentencia, pasando por la instrucción del caso, las conversaciones privadas y los programas de mano, en todas partes, se recogió que aquel espectáculo era de creación colectiva. Se les condenaba como autores y no como actores.

El juicio de La Torna, en 1978, reunió una serie de elementos que lo convirtieron en uno de los acontecimientos más significativos de la primera Transición: el hecho de que un Consejo Militar juzgara a los autores e intérpretes de una obra de teatro, las reacciones de apoyo en todo Europa, la intensa y larga visibilidad del logotipo creado para la ocasión... Incluso la huida de Boadella del Hospital Clínic cobró un aire simbólico. Más allá de los iconos, el libro repasa el carácter autogestionario de Els Joglars, sus primeras obras, las relaciones con la legalidad y el papel del líder del grupo, Boadella, que a lo largo del juicio y durante los años siguientes se distanció con virulencia de sus antiguos compañeros.
Joglars 77 es un libro apasionante. No lo es sólo por la descripción que hace de un caso particular o por la crónica de un grupo humano los miembros del cual inevitablemente se acaban distanciando. Lo es porqué mediante las anécdotas vertidas en el libro reseguimos las peripecias centrales de un momento histórico, la Transición. Las descripciones de la cárcel Modelo, el papel de los abogados, las actitudes de los políticos, la manera en la que se ocupó del caso la prensa de entonces, las diferentes posiciones personales, el amplísimo movimiento de solidaridad, la extrañeza de los protagonistas al ver la repercusión internacional que tiene el caso... Asistimos también a la transformación traumática de una manera determinada de entender el mundo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Un libro apasionante?
Me pregunto porque en un libro que pretende ser un reportaje periodístico (al menos Boadella, independientemente de estar de acuerdo o no en su versión de los hechos, habla por él), silencia la voz de la otra parte, osea, de Boadella. ¿Que pintan en el libro las dos periodistas que dicen haberlo escrito? ¿Porque no preguntaron a Boadella, o incluyen la versión de Boadella en el libro?
Hay una verdad que se olvida.Boadella fue el primero que pisó la carcel (parece que a ojos de la justicia militar sí que tenía más responsabilidad que los demás), y aconsejo a los demás joglares que escaparan con él a Francia en vez de entregarse como corderitos.
En fin...

Un saludo

Anónimo dijo...

¿Un libro apasionante? Por supuesto que sí. Me sorprende que diga que Boadella no ha podido defenderse de nada, teniendo como tiene a toda la caverna mediática a sus pies, y a los de doña Espe, teniendo amigos tan poderosos como Arcadio Espada i demás. Léase la biografía de Boadella, redactada por él mismo y por Salvador Sostres, a ver si encuentra que en él se deja margen a la opinión de los demás miembros de Els joglars de esa época.

Quizá ande equivocado, pero Boadella no ha pisado nunca la cárcel. Sí es cierto que estuvo retenido en un hospital de Barcelona, de donde escapó, pero de ahí a ir al trullo, hay un trecho.

Y por cierto, diga lo que diga el juez, la obra La torna de la torna es de autoría colectiva, al margen del ego desbocado de Boadella.

Anónimo dijo...

Fe de erratas: la obra colectiva es La torna, no La torna de la torna.