miércoles, 23 de junio de 2010

Las encrucijadas irresueltas de la lucha contra la pobreza en el mundo. Un artículo de Sergio Ferrari



Las encrucijadas irresueltas de la lucha contra la pobreza en el mundo. El ejemplo suizo

Hacia la Cumbre de la ONU de septiembre próximo
El balance de una década de los Objetivos del Milenio
La sociedad civil afirma: “cumplimiento a medias”
La crisis actual, el pretexto ideal para no aumentar la cooperación




Sergio Ferrari*, desde Berna, Suiza


En septiembre próximo una Cumbre de las Naciones Unidas evaluará el cumplimiento de los Objetivos de desarrollo del Milenio (ODM) luego de una década de aplicación y un lustro antes de su expiración. Las ONG suizas anticipan el ejercicio. Y exigen al Gobierno helvético mayor compromiso y celeridad.

“Quedan muchas tareas pendientes en diversas esferas muy sensitivas”, enfatiza iniciando la entrevista Pepo Hofstetter, responsable de comunicación de Alianza Sur. Y por eso es imprescindible “dar un nuevo impulso a su aplicación”.

Alianza Sur, plataforma integrada por seis de las más grandes Organizaciones No Gubernamentales helvéticas dedicadas a la cooperación Norte-Sur, organizó junto con Amnistía Internacional (Suiza) el martes 22 de junio, en Berna, un seminario público de balance y perspectivas. Dicha plataforma está integrada por Swissaid, Caritas, Acción Cuaresmal, Helvetas, la Obra protestante y Pan para el Prójimo.

Los Objetivos del Milenio

Aunque el balance de la primera década de los Objetivos de desarrollo del Milenio (ODM) – que busca reducir la miseria a la mitad en el mundo hasta 2015- es mitigado, las Naciones Unidas (ONU) piensan que los mismos son todavía realistas y realizables.

Tal como lo expresa su Secretario General Ban Ki-moon en el informe “Mantener los compromisos”. Elaborado como preparación de la Cumbre que se realizará entre el 20 y el 22 de septiembre del año en curso en Nueva York.

Sin embargo, según el análisis de la ONU, todas las naciones, tanto las industrializadas como las menos desarrolladas deberán realizar esfuerzos enormes, tal como coincidieron los participantes en el seminario de Berna.

“Suiza no es una excepción y tiene una gran tarea por delante si aspira a cumplir con los compromisos contraídos”, explica Pepo Hostetter.

El portavoz de la Alianza Sur inicia su balance subrayando dos aspectos positivos de esta última década: “más que otros países, Suiza invierte en el desarrollo rural y contribuye así a luchar contra el hambre. Su cooperación al desarrollo pragmática, próxima de las autoridades locales y a la sociedad civil, ha alcanzado logros sensitivos, especialmente en el área del agua, objetivo número siete”.

Sin embargo, los retos futuros son significativos y los tiempos políticos para implementarlos, relativamente cortos, acota.


Desafíos futuros


Los tres aspectos esenciales a mejorar de parte de la Confederación Helvética ( y que podrían ser endosados al a mayor parte de las naciones industrializadas) se ubican en el terreno de la ayuda al desarrollo; en darle prioridad efectiva a la lucha contra la pobreza y en asegurar una mayor coherencia de su política global, analiza Hofstetter.

En cuanto a la ayuda al desarrollo, “Suiza la ha aumentado de forma mínima”, enfatiza. El crecimiento de 1,5 a 2.5 miles de millones de francos desde el 2000 a esta parte, es sólo parcialmente verdadero. En ese aumento se incluyen medidas de des-endeudamiento así como los gastos ligados a los demandantes de asilo en el país (que no estaban incluidos en el 2000).

“Sin esos dos rubros, la cooperación estaría actualmente en el 0.36 % del Producto Interno Bruto y no en el 0.47 % tal como lo señalan las autoridades federales”, explica Hofstetter.

Por otra parte, insiste el portavoz de Alianza Sur, “Suiza destina solamente una cuarta parte de dicho presupuesto a los países más pobres... Aumentando sensiblemente su cooperación con los países llamados emergentes, en particular China y Brasil”.

En tanto, la Secretaría de Estado a la Economía (SECO), se retira de los países más pobres para concentrarse en los países en desarrollo más avanzados, explica.

El pasado 17 de junio el Consejo de Estado helvético intervino en relación a este aspecto. Reiterando al Gobierno helvético la exigencia de elaborar un proyecto para aumentar dicha cooperación al 0.5 % del Producto Interno Bruto hasta 2015.

“Más coherencia global”

Aspecto clave de la crítica de las ONG suizas es el relativo a la falta de mayor coherencia en la política global de cooperación que implementa el Gobierno.

Al decir de la Alianza Sur, tanto en el plano multilateral como bilateral, Suiza defiende siempre “sus intereses económicos sin tener en cuenta los de los países en desarrollo”. Algunos ejemplos concretos ejemplifican la crítica.

“Traba el acceso a los medicamentos – a través del control de las patentes de invención- y limita la utilización de semillas de parte de los pequeños campesinos de los países del Sur”.

Al mismo tiempo, “exige la liberalización de los intercambios de los productos industriales, ignorando las tarifas aduaneras para los países en desarrollo”, acota.

Los progresos en política fiscal internacional de Suiza –sostiene- no benefician a los países en desarrollo, quienes continúan perdiendo miles de millones en ingresos debido a la evasión y al fraude fiscal que sufren.

Sin olvidar, insiste, otro ejemplo palpitante: la actual política suiza – y europea en general- en materia de inmigración, que cierra casi totalmente sus fronteras a las personas del Sur.

Tres recomendaciones

Si Suiza quiere contribuir de manera activa al último esfuerzo para la realización de los OMD, los desafíos son significativos, según el pensamiento preponderante de las ONG helvéticas.

Y se concentrarían en tres esferas principales. La necesidad de aumentar rápidamente la cooperación al desarrollo al 0.5% del Producto Nacional Bruto, priorizando a los países más pobres y, en ellos, a los sectores de la población más desfavorecidos, particularmente las mujeres y los indígenas.

El esfuerzo para aumentar la coherencia en cuanto a la política de desarrollo. En particular, mejorando la colaboración con los países del Sur en materia fiscal. Y reforzando la lucha contra el fraude fiscal ejercido por las grandes empresas y los multimillonarios.

Por último, es fundamental, concluyen las ONG suizas, que los derechos humanos figuren en el centro de la cooperación al desarrollo; de la política suiza delante las organizaciones multilaterales; y en las negociaciones bilaterales y multilaterales.

*Sergio Ferrari, colaboración de prensa de E-CHANGER, ONG suiza de cooperación solidaria

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