martes, 15 de febrero de 2011

“Un paso significativo adelante para los movimientos sociales africanos"

El Foro Social de este año ha sido una oportunidad para hacer visible, a nivel mundial, los movimientos sociales africanos. Con la reciente victoria del pueblo egipcio puede empezar un ciclo de luchas en todo el continente africano.



Sergio Ferrari desde Dakar

Una multitudinaria movilización popular en la apertura el domingo 6 de febrero; la diversidad de centenas de talleres y asambleas temáticas; las mini-movilizaciones a favor de causas específicas a lo interno del recinto de la universidad capitalina Diop; y el clima festivo y al mismo tiempo reflexivo marcaron la tonalidad de la edición del Foro Social Mundial (FSM) de Dakar.

En la que sobresalieron tres grandes protagonistas: las mujeres con sus organizaciones y redes; los campesinos en su lucha contra el flagelo cada vez más asfixiante del acaparamiento de tierras; y, muy particularmente, los migrantes.

En síntesis, los encuentros de varios mundos en un mismo espacio. Signos todos de un Foro Social Mundial que a pesar de los problemas organizativos de arranque concluyó en alza este viernes 11. Y que excedió, a nivel de resultados, las perspectivas más optimistas de los coordinadores africanos.

“Significa una gran sorpresa para nosotros mismos, en particular por la movilización que ha engendrado y por la participación desbordante, que duplica nuestros cálculos iniciales que eran de entre 40 y 50 mil participantes”, subraya Taoufik Ben Abdallah, militante e intelectual tunecino que integra el Comité Africano de Organización.

Sin esconder en su balance la autocrítica por los “problemas organizativos graves del primer día” (ndr que paralizaron parcialmente las actividades al no haber aulas libres para realizarlas) y “por las fallas técnicas que en algunos casos no logramos superar totalmente”.

“Lo que mejor funcionó desde el inicio mismo fueron las aldeas internas (carpas) de las mujeres, los campesinos, los migrantes y sindicatos”. En síntesis, la parte impulsada por los movimientos sociales, quienes en la tarde del jueves 10 aprobaron la Declaración de Dakar, una radiografía-extracto de una parte importante de los debates de este Foro, de sus prioridades de movilizaciones futuras y de la agenda común de acción para 2011.

Si se trata de evaluar el impacto de la sesión de Dakar en la vida interna del proceso iniciado en Porto Alegre en 2001 - que celebra su primera década de existencia-, las pulsaciones vitales son de continuidad más que de cambios conceptuales bruscos.

“El FSM es un espacio abierto. No nos proponemos reunir a todos los actores participantes para imponerles una voluntad política única. Una declaración final en vez de abrir el espacio arriesgaría dividirlo, debilitarlo…Lo que no impide que los movimientos, redes y campañas que trabajan juntos puedan producir sus propias declaraciones comunes, como ha sucedido en ediciones anteriores” enfatiza Taoufik Ben Abdallah.

El FSM de Dakar y África

Los levantamientos populares en Túnez y Egipto de las últimas semanas estuvieron omnipresentes en los debates del FSM. “Es una coyuntura política que no se veía desde años. Son países del África, son naciones árabes…y lo que se vive allí tiene un impacto directo en todo el continente y en el mundo árabe”, explica el intelectual senegalés Demba Moussa Dembélé, director del Foro Africano de Alternativas y también miembro del Comité Africano de Organización.

“Muchos otros presidentes de Estados africanos hoy están temblando al ver lo que pasa allí. Y el mensaje es claro: los pueblos siempre tienen la última palabra”, enfatiza Moussa Dembélé. Quien no duda que lo que acaba de vivirse en Dakar, “significará un aporte directo a la consolidación de los movimientos sociales africanos”.

La mayoría de los cuales –sigue reflexionando- están representados dentro del Foro Social Africano (FSA), y llegaron a Dakar con sus programas y reivindicaciones propias de luchas específicas en sus países y regiones.

“Será una de las tareas del FSA, que federa la mayoría de esos movimientos, una vez concluida la cita de Dakar, ver como sistematiza las ideas, propuestas y campañas, para pensar como se refuerzan donde ya están presentes. Y sobre todo cómo extender el concepto del Foro en aquellos países o regiones del continente donde su inserción es aún débil”.

Los objetivos en el marco de este largo proceso de acumulación de fuerzas son dos según Moussa Dembélé: reforzar la fuerza de los movimientos para articular sus propias reivindicaciones a favor de la población africana y aumentar su capacidad de interlocución con el poder público en todo el continente”.

Para el intelectual senegalés, “el gran debate que se dio en este FSM, tocó los temas esenciales de los desafíos torales que confronta África y el mundo. Pudimos poner sobre la mesa las preguntas de fondo que atraviesan al continente: la temática agraria, la soberanía alimentaria, los recursos naturales, la nueva democracia, la soberanía de los pueblos, la crisis profunda del capitalismo”.

En ese sentido la edición de Dakar, “aportó una reflexión seria y profunda más allá del componente de la protesta habitual de los movimientos sociales contra la guerra, contra el cambio climático, contra las crisis financieras y el acaparamiento de tierras”.

En Dakar, “África afirmó su conciencia. Lo habíamos soñado y lo ratificamos como un logro: que esta edición marque una etapa mayor en el desarrollo del movimiento social africano y, de igual forma, del movimiento altermundialista mundial”.

Para Moussa Dembélé, “Dakar marca una ruptura y una nueva etapa. Ruptura con respecto al acento puesto en la protesta y en la separación que se vive a veces entre los movimientos sociales y el mundo político”.

Los cambios en América Latina son posibles “por la aproximación estrecha entre esos movimientos y el poder político. La reflexión del debate de Dakar nos lleva a pensar que todo cambio de sociedad implica tanto a los movimientos sociales como al mundo político. Y exige una nueva voluntad política común”, concluye.

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