martes, 2 de abril de 2013

Entrevista a Eric Toussaint. "Los movimientos ciudadanos han de realizar una auditoría de la deuda"

A continuación os dejamos una entrevista a Eric Toussaint. No es la primera vez que públicamos sus artículos o declaraciones pero ahora es más necesario que nunca escuchar a este luchador incansable por la reparación y liberación de los países del "tercer mundo" de la deuda externa. Ahora su lucha también se concentra en los PIGS, paises azotados por la deuda externa en la misma Europa.




LUIS GIMÉNEZ SAN MIGUEL | Túnez | 28/03/2013 | Público.es

Si alguien conoce el funcionamiento y la importancia de la deuda soberana en el actual modelo económico mundial es Éric Toussaint. Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Liège y la de París VIII, es además presidente del Comité para la Anulación de la Deuda en el Tercer Mundo (CADTM) y miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial desde su nacimiento en Porto Alegre en 2001. Esta semana se ha trasladado hasta la ciudad de Túnez para la celebración de su decimotercera edición, en la que ha recobrado fuerza gracias al impulso de la Primavera Árabe.
En un momento fundamental para los países del Magreb, en el que los nuevos gobiernos islamistas tratan de mostrarse como solventes socios ante Occidente, Toussaint se encuentra en Túnez reunido con representantes de todo el campo de la izquierda árabe con la mirada puesta en el horizonte de América Latina, donde varios gobiernos se negaron a pagar la deuda y salir de la senda de la austeridad. Desde allí explica a Público el momento por el que atraviesa en este momento la crisis económica a ambos lados del Mediterráneo.

Frente a la actual crisis de la deuda soberana usted apuesta por realizar una auditoría y no pagar la deuda ilegítima. ¿Qué parte de la deuda habría que considerar como tal?

Es una tarea sencilla, hay criterios muy claros. En el caso de Grecia más de la mitad de su deuda es con la Troika, 170.000 millones de euros. Es totalmente ilegítima y debe ser declarada nula porque ha sido impuesta por organismos que no representan a los ciudadanos griegos. Ni siquiera los memorándum fueron tratados democráticamente en el Parlamento; se aprobaron bajo el chantaje del Fondo Monetario Internacional (FMI) sin posibilidad de enmendar los documentos. Son unas condiciones que representan una violación de los derechos económicos y sociales de la población. Portugal e Irlanda se ajustan también a este esquema.
En el caso español todavía no ha habido memorándum, pero toda la deuda generada por el rescate bancario ha de considerarse ilegítima. Puede ser una decisión legal, porque la ha tomado el propio gobierno, pero no es legítima, porque fuerza a la ciudadanía a asumir las deudas generadas por la burbuja inmobiliaria y la crisis de la banca.

El Foro Social Mundial que acoge Túnez ha situado la deuda como uno de los principales debates por la propia situación del país después de la Primavera Árabe. ¿Qué características tiene la deuda tunecina?

Ha sido contraída por un régimen dictatorial, por lo que no solamente es ilegítima sino que es odiosa. Se trata de una deuda pública externa hacia acreedores que son tanto países como el FMI y acreedores privados que han sido cómplices de Ben Alí. Por lo tanto, la movilización popular que tiene lugar estos días ha de hacer ver al gobierno que ha de repudiar el pago.

Desde un plano más amplio, ¿qué estrategias están siguiendo estos acreedores en los países árabes donde se han derrocado a las dictaduras, como Egipto o Libia?

La estrategia del FMI y las demás instituciones es brindar un apoyo a estos gobiernos para asegurar el pago. Otorgar créditos para comprometer a los nuevos gobiernos con acuerdos que refuerzan el modelo neoliberal exportado que implica seguir precarizando el mercado de trabajo en estos países. Adoptan un discurso revolucionario, afirmando que apoyan los procesos democráticos financiando a los gobiernos y éstos aceptan y adoptan los planes de ajuste que les exigen. Las fuerzas islamistas, como Ennahda en Túnez y los Hermanos Musulmanes en Egipto, son sumamente neoliberales. No van a poner en riesgo el modelo económico financiero en el que ganan las grandes empresas transnacionales.

¿Qué cambios ha habido en el sistema de mercado mundial para que el centro de la deuda se haya trasladado desde el Tercer Mundo a los países del Sur de Europa?

Hay una diferencia importante entre la situación en los años 80 y 90 cuando el epicentro de la crisis de la deuda estaba en los países del sur y la situación actual, en la que desde 2008 se sitúa en Europa. Es el resultado de la explosión de deuda privada generada por la crisis bancaria y posteriormente transformada en deuda pública.
La diferencia fundamental es que a partir de 2003 y 2004 subieron los precios de las materias primas que exportan los países del sur, como China, lo que les permitió aumentar sus reservas nacionales. Varios de ellos se deshicieron de la deuda pagando por adelantado con las reservas acumuladas producidas por el petróleo.
En el norte tuvimos una explosión de la deuda privada producida por la quiebra de los grandes bancos como Lemman Brothers, combinada con la explosión de la burbuja inmobiliaria, que desembocó en una crisis tremenda en el norte. Fue una crisis que generó una deuda privada que con los rescates bancarios se transfirió a los Estados. Los gobiernos europeos decidieron socializar las pérdidas del sector bancario. 

Con el aumento de la deuda pública en Europa y la consecuente aplicación de planes de austeridad para rebajar el déficit público, ¿qué le espera al Sur de Europa en los próximos años?

Vamos a conocer una profundización de la crisis económica. Las consecuencias son más devastadoras en los llamados PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España), pero no hay ninguna duda de que los países más fuertes como Francia, Alemania o Bélgica también están en una situación de extrema gravedad.
Quedan aún diez o quince años de crisis, pues las políticas de los gobiernos que se pliegan a los intereses privados no son las adecuadas para revertir esta situación. La política actual de reducción del gasto público, congelación de salarios y servicios sociales tendrá un efecto muy fuerte en términos de reducción de las rentas. 

¿Son los países latinoamericanos que se negaron a pagar la deuda, como Ecuador y Argentina, un ejemplo a seguir para Europa?

Es fundamental que los ciudadanos desde los movimientos sociales intenten realizar auditorías de la deuda, desde abajo. Esto es importante como instrumento de organización de las bases y como campaña masiva para hacer cambiar la percepción de la gente, pues desde la banca, las instituciones internacionales y los medios de comunicación que controlan construyen una falsa idea de que el déficit público es consecuencia del despilfarro en gastos sociales y un excesivo Estado del Bienestar. Una auditoría ciudadana no se limita a hacer un análisis, sino que sirve para provocar la movilización que exija la suspensión del pago de la deuda ilegítima.
Un ejemplo es el de Ecuador, donde durante años los movimientos populares hicieron auditorías desde las bases y posteriormente lograron que un gobierno, el de Correa, decidiera auditar y suspender el pago de la deuda ilegítima.
Creo que en nuestra situación en Europa la prioridad es la auditoría ciudadana. Si un gobierno como el de Rajoy, Merkel o Samaras hiciera una auditoría sólo serviría para legitimar el pago completo. Y este ejemplo podría concretarse en Grecia si Syriza ganara las elecciones. Desde el gobierno podrían suspender el pago, auditar la deuda y decidir qué parte hay que repudiar.

¿Qué escenario se abriría en Grecia si se negara a pagar la deuda?

Es totalmente posible para un gobierno de izquierdas en Europa llevar a cabo esta tarea si toma las medias políticas adecuadas. Éstas serían suspender el pago combinado con la suspensión de los memorándum de la Troika, control de movimientos de capitales, socilización de la banca privada, una fuerte reforma tributaria para que paguen los que más tienen, persecución del fraude fiscal y la reducción de impuestos sobre la ciudadanía como el IVA.
En cuanto al euro, quedaría en la Comisión Europea decidir la expulsión o no. Mientras, habría que incentivar la producción agropecuaria y la industria ligera y la creación de empleo por parte del gobierno. Esto tendría un efecto positivo porque el ejemplo podría correr por el resto de Europa y los ciudadanos verían que es posible desobedecer.
Por eso, la responsabilidad histórica de Syriza es muy grande. Si en el gobierno no tomara este tipo de medidas la gente que votó con una perspectiva de cambio perdería la esperanza, con una crisis que seguiría perjudicando a las mayorías, y en ese momento organizaciones como Amanecer Dorado tendría un camino directo para conquistar a un amplio sector de la población y habría un proceso de tipo fascista en Grecia. Es el peor escenario, pero no es descartable.



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