
En 1976, en Buenos Aires, Graciela fue secuestrada, junto a su novio y a una amiga, por las fuerzas militares de la dictadura. Durante tres días vivió el miedo, la tortura y la humillación. Veinticinco años más tarde, en Madrid, Graciela había "aprendido a olvidar, alejarse del recuerdo, rechazar la memoria" pero se da cuenta de que el olvido es un remedio pasajero, necesario a veces para no caer en la locura, aunque el aprendizaje tiene su base en el recuerdo, en la memoria. Sin embargo, la utora no se queda en la experiencia personal, a través de su aprendizaje desvela el silencio cómplice , compartido por toda una sociedad, que inevitablemente parece acompañar a toda barbarie. Y lo hace con un tono intimista pero contenido, con profundidad y notable calidad literaria.
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La escritora Rosa regás, el periodista Mariano Aguirre y la directora de Comunicación de Intermón Oxfam Pilar porta son los directores de esta colección, que la próxima primavera publicará otros dos títulos: Minarete, de la sudanesa Leilla Aboulela, y Astillas de luz (está en proceso de traducción y el título no es definitivo) de la estadounidense Pamela Constable. "No se trata de ninguna cuota", bromea Anna Monjo. " La presencia de mujeres en la colección es importante pero casual, es lo que nos ha llegado hasta el momento".
Eva Muñoz, Cultura/s, La Vanguardia, 21 de febrero de 2007
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