jueves, 13 de enero de 2011

Vicenç Fisas, autor de ¿Llegó la hora? Promesas de paz para el País Vasco", habla sobre el último comunicado de ETA

Vicenç Fisas, director de la Escuela de Cultura de Paz de la UAB, nos hace este escrito expresando su opinión sobre la situación del País Vasco después del último comunicado de ETA. Fisas ha publicado hace muy poco un libro directamente relacionado con el conflicto vasco, absolutamente recomendable y de más actualidad que nunca: ¿Llegó la hora? Promesas de paz para el País Vasco.

El pasado día 8, ETA hizo público un comunicado en el que declaraba un “alto el
fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional”. Para ETA, ese era su compromiso con un proceso de solución definitivo y con el final de la confrontación armada, una solución que en su opinión llegaría a través de un “proceso democrático que tenga la voluntad del Pueblo Vasco como máxima referencia y el diálogo y la negociación como instrumentos”. Con este comunicado, pues, ETA no anunciaba todavía su autodisolución, pero hacía callar las armas de forma permanente para dejar que fueran los agentes políticos y sociales vascos los encargados de alcanzar acuerdos para consensuar la formulación del reconocimiento de Euskal Herria y su derecho a decidir. ¿Cómo avanzar a partir de este primer logro?

No veo otro camino que el de la plena participación de Batasuna en las instituciones, las municipales en primera instancia, y las autonómicas después, y desde estas plataformas hacer una política con igualdad de condiciones con cualquier otra formación política, adaptándose al juego de mayorías y de búsqueda de consensos, con el añadido de que estamos en una situación que demanda mayorías amplias para lograr determinadas metas. A diferencia de hace una década, Batasuna sabe a la perfección que se acabaron los tiempos de la perversa lógica matemática del 51% en política, y que hemos entrado en un período en el que los proyectos de calado que impliquen cambios constitucionales deberán ser refrendados por un sistema de mayorías amplias, lo que significa que siempre necesitará del concurso del PSE y del PNV, por lo menos, lo que garantiza que no habrán aventuras que no puedan ser asumidas por la mayoría de la sociedad. Pero hay que dejarles que entren en este juego democrático, porque será además el factor que hará posible que ETA dé el siguiente paso, el definitivo, que es su autodisolución, cumpliendo el esquema de paz por política. Si pudiera entrar en el juego político, Batasuna sería la primera en exigir ese paso. ¿Porqué no dejar de impedirlo, para el bien de todos?

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