El premio del libro político ha sido concedido a Damien Millet y Eric Toussaint por su obra colectiva La Deuda o la Vida. La edición original en francés fue publicada en 2011, por Aden en coedición con el CADTM, y la edición española por la editorial Icaria, Barcelona, 2011.
El jurado compuesto por Françoise Bonivert (periodista en RTC Télé Liège), Michel Gretry (periodista RTBF Liège), Michel De Lamotte (diputado valón cdH), Olivier Le Bussy (periodista de La Libre Belgique), Hassan Bousetta (senador y consejero comunal Liège PS), François Delvaux (redactor del Journal de la foire) y Fabrice Dreze (presidente nacional de la juventud MR) justificó su elección en estos términos:
«La deuda o la vida representa ante todo un enorme cambio de perspectiva. El discurso tercermundista sobre el estrangulamiento financiero de los países del hemisferio sur es un clásico de la literatura de izquierda, pero aquí se trata de la deuda del Norte. Los griegos, islandeses, portugueses, polacos, húngaros pudieron descubrir en su día a día, después de la crisis de las subprime, los «ajustes estructurales» dictados por el Fondo Monetario Internacional. Según los autores es la misma religión del mercado y de la austeridad la que está haciendo estragos. La deuda o la vida es un libro serio, potente, tiene valor de demostración.
Más allá de la vertiginosa espiral de cifras, hay sobre todo una reflexión respecto al aspecto odioso del dinero adeudado: en los años sesenta y setenta, en los países en desarrollo, sirvió para conformar a dictadores o para pagar proyectos faraónicos e inútiles; ahora, en occidente, es para comprar armas de guerra o para compensar políticas fiscales desastrosas para los menos favorecidos. Del libro sale un llamamiento para examinar la legitimidad de los reembolsos que los bancos exigen a los Estados.
Evidentemente, el debate sobre la deuda, ilícita o no, no esta zanjado, pero el jurado ha señalado en forma unánime la capacidad de este libro para modificar la percepción que se tiene del problema: el lector, después de leer esta obra, no considerará de la misma manera las informaciones sobre los déficit públicos en el telediario o las cotizaciones de la bolsa.
Fuente: http://www.lelivrepolitique.net/?p=792
El jurado compuesto por Françoise Bonivert (periodista en RTC Télé Liège), Michel Gretry (periodista RTBF Liège), Michel De Lamotte (diputado valón cdH), Olivier Le Bussy (periodista de La Libre Belgique), Hassan Bousetta (senador y consejero comunal Liège PS), François Delvaux (redactor del Journal de la foire) y Fabrice Dreze (presidente nacional de la juventud MR) justificó su elección en estos términos:
«La deuda o la vida representa ante todo un enorme cambio de perspectiva. El discurso tercermundista sobre el estrangulamiento financiero de los países del hemisferio sur es un clásico de la literatura de izquierda, pero aquí se trata de la deuda del Norte. Los griegos, islandeses, portugueses, polacos, húngaros pudieron descubrir en su día a día, después de la crisis de las subprime, los «ajustes estructurales» dictados por el Fondo Monetario Internacional. Según los autores es la misma religión del mercado y de la austeridad la que está haciendo estragos. La deuda o la vida es un libro serio, potente, tiene valor de demostración.
Más allá de la vertiginosa espiral de cifras, hay sobre todo una reflexión respecto al aspecto odioso del dinero adeudado: en los años sesenta y setenta, en los países en desarrollo, sirvió para conformar a dictadores o para pagar proyectos faraónicos e inútiles; ahora, en occidente, es para comprar armas de guerra o para compensar políticas fiscales desastrosas para los menos favorecidos. Del libro sale un llamamiento para examinar la legitimidad de los reembolsos que los bancos exigen a los Estados.
Evidentemente, el debate sobre la deuda, ilícita o no, no esta zanjado, pero el jurado ha señalado en forma unánime la capacidad de este libro para modificar la percepción que se tiene del problema: el lector, después de leer esta obra, no considerará de la misma manera las informaciones sobre los déficit públicos en el telediario o las cotizaciones de la bolsa.
Fuente: http://www.lelivrepolitique.net/?p=792
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