jueves, 4 de diciembre de 2014
Bancocracia de Éric Toussaint
jueves, 15 de diciembre de 2011
La Deuda o la Vida. Premio del libro político 2011 para Damien Millet y Eric Toussaint
El jurado compuesto por Françoise Bonivert (periodista en RTC Télé Liège), Michel Gretry (periodista RTBF Liège), Michel De Lamotte (diputado valón cdH), Olivier Le Bussy (periodista de La Libre Belgique), Hassan Bousetta (senador y consejero comunal Liège PS), François Delvaux (redactor del Journal de la foire) y Fabrice Dreze (presidente nacional de la juventud MR) justificó su elección en estos términos:
«La deuda o la vida representa ante todo un enorme cambio de perspectiva. El discurso tercermundista sobre el estrangulamiento financiero de los países del hemisferio sur es un clásico de la literatura de izquierda, pero aquí se trata de la deuda del Norte. Los griegos, islandeses, portugueses, polacos, húngaros pudieron descubrir en su día a día, después de la crisis de las subprime, los «ajustes estructurales» dictados por el Fondo Monetario Internacional. Según los autores es la misma religión del mercado y de la austeridad la que está haciendo estragos. La deuda o la vida es un libro serio, potente, tiene valor de demostración.
Más allá de la vertiginosa espiral de cifras, hay sobre todo una reflexión respecto al aspecto odioso del dinero adeudado: en los años sesenta y setenta, en los países en desarrollo, sirvió para conformar a dictadores o para pagar proyectos faraónicos e inútiles; ahora, en occidente, es para comprar armas de guerra o para compensar políticas fiscales desastrosas para los menos favorecidos. Del libro sale un llamamiento para examinar la legitimidad de los reembolsos que los bancos exigen a los Estados.
Evidentemente, el debate sobre la deuda, ilícita o no, no esta zanjado, pero el jurado ha señalado en forma unánime la capacidad de este libro para modificar la percepción que se tiene del problema: el lector, después de leer esta obra, no considerará de la misma manera las informaciones sobre los déficit públicos en el telediario o las cotizaciones de la bolsa.
Fuente: http://www.lelivrepolitique.net/?p=792
jueves, 25 de agosto de 2011
Eric Toussaint: “Esta crisis mundial va a durar una o dos décadas”
El politólogo belga reclama la anulación de las deudas de los países más golpeados: España, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal
“Los directores de los bancos centrales dijeron que la crisis estaba bajo control, pero mentían; esta crisis va a durar una o dos décadas”, sostuvo Eric Toussaint, politólogo y presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. La predicción podría parecer temeraria, pero hace un año fue él quien aseguró ante este diario que en el Viejo Continente se vivía una “situación explosiva” y que la profundidad de los cambios económicos estaría en línea con la magnitud de esas explosiones. Aunque aparecieron los “indignados” en España y Grecia, las vacaciones de verano actuaron como una válvula de escape, por lo que “la movilización social en Europa no alcanzó el nivel de diciembre del 2001 en la Argentina”, analizó Toussaint desde Ginebra.
–¿Cuál es el nivel de la gravedad de esta crisis?
–Es altísimo. Es claro que los comentaristas, los gobernantes y los medios de comunicación dominante y los directores de los bancos centrales, que afirmaron que la situación estaba bajo control, mentían de manera evidente. Estamos un poco en la situación de los años ’30: el crac fue en octubre del ’29 pero las bancarrotas bancarias se desataron en el ’33 y entre el ’29 y ’33 los dirigentes norteamericanos dijeron que todo estaba bajo control. Estamos en una crisis que va a durar una o dos décadas.
–¿Cuáles son las causas?
–Las medidas económicas tomadas por los gobiernos de Europa y los Estados Unidos en los últimos cuatro años. La crisis empezó en junio/julio del 2007 y tuvo un pico en el 2008 con Lehman Brothers, pero el golpe fuerte llegó a Europa en octubre del 2008. Luego los eslabones más débiles de la zona euro cayeron, empezando por Grecia, luego Irlanda, y hace unos meses Portugal. Ahora está por llegar a Italia y España y vuelve con fuerza a los Estados Unidos.
–¿Es una crisis sistémica?
–Es sistémica, pero no terminal. No hay crisis terminal del capitalismo per se. El capitalismo siempre ha atravesado crisis porque son parte de su metabolismo, pero su final será el resultado de la acción consciente de los pueblos y los gobiernos. Vamos a pasar por períodos de recesión, depresión, luego algún crecimiento y una nueva caída.
–¿Por qué insisten con las tradicionales recetas de ajuste que no dieron resultado en el 2008?
–Porque la resistencia a esas políticas es insuficiente.
–¿Hay posibilidad de salir de esta crisis con otro tipo de políticas?
–Podría ser una salida tipo Roosevelt con un mayor control del crédito y medidas de disciplina financiera para obligar a los bancos a separarse entre bancos de inversión y de ahorro. Además, una imposición más fuerte para los sectores de mayores ingresos con la consecuente mejora de las finanzas públicas y reducción de desigualdades. Aunque también podría haber una política más radical como nacionalizar el sector del bancario y renacionalizar sectores económicos que fueron privatizados en Europa y los Estados Unidos en los últimos treinta años. Esto junto con anular las deudas de Grecia, Portugal, Irlanda, Italia y España.
–¿Ve posible alguna de esas dos salidas?
–Todo depende de la movilización social, que en Europa no alcanzó el nivel de diciembre del 2001 de la Argentina. Sin hablar de los Estados Unidos, donde no hay grandes movilizaciones sociales sino más bien activismo de la derecha extrema con el Tea Party. Aunque me parece difícil pensar que en los Estados Unidos la población acepte que se profundice el neoliberalismo, por eso hay que ver cómo fue la crisis del ’30, donde las movilizaciones llegaron entre el ’35 y el ’36.
miércoles, 19 de enero de 2011
Hacia el Foro Social Mundial de Dakar, febrero 2011. Una entrevista a Eric Toussaint
"El desafío de una alternativa global, fuera del sistema”
Sergio Ferrari*
El Foro Social Mundial (FSM) es casi el único marco de convergencia de los movimientos sociales a nivel planetario y por lo tanto es fundamental continuar fortaleciéndolo. Hipótesis esencial de Eric Toussaint, historiador y politicólogo belga que preside el Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM). Agudo analista del altermundialimo, conocedor desde adentro del Foro Social Mundial, Toussaint participa desde su creación en Consejo Internacional, órgano facilitador del mismo. El CADTM, con activa presencia en numerosos países, particularmente África, es uno de los actores que dinamizan la preparación de la próxima edición de Dakar 2011.
P: ¿Cuál es su caracterización sobre el presente del Foro Social Mundial?
R: Pienso que hay que reforzar el proceso del FSM ya que es casi el único marco planetario en el cual convergen los movimientos sociales, ONG, organizaciones políticas de izquierda y hasta Gobiernos progresistas. No hay otro lugar orgánico de convergencia. No podemos vaciar el FSM a pesar de las críticas que podamos tener hacia él. Tampoco sería correcto de pensar en crear algo alternativo. Porque sería impulsar una propuesta en competencia y muy limitada. Hoy el FSM es lo que hay. No implica que no existan elementos preocupantes en la evolución del FSM.
Tendencias preocupantes y antídotos
P: ¿En qué sentido preocupantes?
R: Hay varios aspectos. La decisión de una mayoría de dirigentes o animadores del FSM de no querer avanzar más allá de un Foro, es decir de no querer modificar la Carta de Principios a fin de permitir al Foro discutir plataformas y planes de acción. Y de situarse en el estricto marco de la Carta de Principios, que no acepta, en tanto Foro, adoptar declaraciones finales y planes de acción. Un segundo aspecto: el éxito del FSM, hace que haya poderes públicos y fundaciones privadas que están muy decididas a apoyarlo significativamente. Se da la tendencia de hacer eventos muy costosos, con presupuestos muy elevados y eso me preocupa. Con el agravante de dos riesgos bien presentes. Crear una “industria del FSM”, ya que hay Organizaciones No Gubernamentales muy poderosas que estructuran grandes proyectos en torno al FSM. Viven de esto. Y el otro riesgo, el del nacimiento de una suerte de *burocracia altermundialista*. Es una capa de dirigentes que a partir de sus funciones obtienen cierto poder y privilegios y se perpetúan desde hace años.
P: ¿Cuáles serían los medios o los *antídotos* que permitirían desbloquear estas tendencias o señales preocupantes?
R: Felizmente hay elementos positivos. El Consejo Internacional propone tomar medidas para que no se repitan en Dakar los mismos errores que se cometieron en 2007 en Nairobi, Kenya, que fue tal vez la edición más fracasada del FSM. Tengo un cierto nivel de confianza que en Dakar no se van a reproducir esos errores, como el de otorgar el monopolio de las comunicaciones en el espacio del FSM a una trasnacional del sector; o de imponer precios de las entradas muy elevados, casi imposibles a ser pagados por los participantes locales.
Pienso que lo fundamental para el éxito de Dakar es fortalecer la presencia de los movimientos sociales africanos y del resto del mundo. En ese sentido sopla un viento positivo. En la primera semana de noviembre pasado organizamos en la misma capital de Senegal un encuentro preparatorio de movimientos sociales, a partir de un mandato que recibimos de la Asamblea de los Movimientos Populares. Se dio justo antes de una nueva reunión del Consejo Internacional que se encontró para ultimar detalles del evento de febrero próximo.
Movilización africana
P: ¿Cuál es el balance de ese seminario preparatorio?
R: Exitoso a nivel de participación. Estuvieron presentes muchos movimientos sociales de Senegal. Más de 60, incluyendo los grandes sindicatos rurales y urbanos que son muchos. Y representantes de movimientos de pescadores, cultivadores, barriales, de mujeres. Todos estaban presentes y eso habla de una buena dinámica y se convierte en una señal realmente esperanzadora. Hay entusiasmo con respecto al apoyo que el FSM puede tener en los barrios populares de la capital senegalesa y de zonas aledañas y sobre la recepción del mensaje del FSM. Habrá actividades en los barrios durante los días previos y durante el Foro mismo. Nosotros en tanto CADTM preparamos un espectáculo político-cultural de Hip Hop, con grupos musicales reconocidos pero que se oponen a ser objetos de mercantilización. Interpretarán temas novedosos, con un enfoque fuerte sobre la deuda, la soberanía alimentaria, los acuerdos desfavorables entre Senegal y Europa etc.
A nivel regional se siente como un hecho importante el apoyo decidido de sectores de la juventud. Llegará a Dakar una caravana de buses que recorrerá centenas de kilómetros, proveniente de Nigeria- de donde salen la tercera semana de enero- y que pasará por Benín y Togo para luego ir a Burkina Faso. Y allí se encontrará con otras delegaciones provenientes de Conakry.
Esperamos varias centenas de participantes en esta iniciativa, mujeres y hombres, jóvenes especialmente. Propuesta que impulsamos junto con el Foro Social Africano y redes tales como No Vox y ATTAC. El CADTM juega un rol de estimulador pero no se quiere apropiar de nada ni hegemonizar ni monopolizar. Buscamos una real convergencia.
Organizaremos también un seminario sobre las luchas feministas los días 2, 3, y 4 de febrero, en Senegal mismo pero con participación de representantes de todos los continentes. Este tipo de iniciativas, incluso si el mismo FSM de Dakar tuviera resultados limitados, ya habría ratificado el valor de la convocatoria. Es esencial fortalecer las dinámicas sociales…
P: ¿Se intenta lanzar una dinámica participativa en la subregión?
R: En efecto. Nigeria está a unos 2.500 kilómetros de Dakar. Pasando por estos diferentes países nos da la posibilidad de hacer conocer el proceso del Foro. En cada parada importante se harán eventos para explicar lo que será el FSM de Dakar. A partir de todo esto diría que experimento un entusiasmo prudente.
P: ¿Una dinámica diferente a lo que Usted consideraba como la edición fracasada de Nairobi?
R: Es la esperanza. Aunque debemos ser cautelosos sobre los resultados de Dakar ya que un mes antes del FSM la gente del lugar no está informada sobre el evento, que es muy diferente a lo que pasó en Belém en 2009 o en Porto Alegre en el 2005 y en las ediciones anteriores. Pero objetivamente se dan condiciones para una participación amplia del pueblo senegalés y de los movimientos sociales del país y de la región. Veremos si este espacio abierto, esta invitación amplia y facilitada para la gente del lugar, va a provocar una buena participación popular.
Mi duda es, según las evaluaciones de colegas sindicalistas, que los movimientos sociales de Senegal atraviesan hoy uno de sus peores momentos de los últimos 20 años a nivel de capacidad de movilización. No es la mejor coyuntura, pero no depende de dichos movimientos sino de condiciones políticas más globales.
Quiero subrayar otro elemento muy importante: el primer día – y días previos- del FSM pondrá un acento particular sobre los 50 años de la independencia de África. Con actividades en la isla de Gorée, frente a Dakar de donde partieron más de un millón de esclavos en los siglos XVI, XVII y XVIII. Una denuncia fuerte hacia el esclavismo de ayer y hacia el sistema de hoy. A nivel simbólico y de la memoria colectiva va a ser un momento importante, trazando un puente entre pasado y futuro….Los desafíos de confrontar las crisis mundiales en las distintas vertientes y momentos históricos.
El FSM mirando al poder … y a Davos
P: Si se habla de crisis mundiales, de propuestas hegemónicas dominantes, nuevamente el FSM de Dakar deberá observar también lo que haya pasado en Davos, Suiza, durante el Foro Económico Mundial que se realizará entre el 26 y el 30 de enero….
R: En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.
Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.
Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste.
* Sergio Ferrari
miércoles, 12 de mayo de 2010
La religión de mercado, de Eric Toussaint
Eric Toussaint
Casi todos los dirigentes políticos, ya sean de la izquierda tradicional o de la derecha, ya sean del Sur o del Norte, confiesan una verdadera devoción por el mercado, y en particular por los mercados financieros. En realidad habría que decir que ellos han montado una verdadera religión del mercado. Cada día, en todas las casas del mundo que tienen televisión o internet, se celebra una misa dedicada al dios Mercado durante la difusión de la evolución de las cotizaciones de la Bolsa y de los mercados financieros. El dios Mercado envía sus señales a través del comentarista financiero de la televisión o de la prensa escrita. Esto sucede no sólo en los países más industrializados sino también en la mayor parte del planeta. En Shanghai o en Dakar, en Río de Janeiro o en Tombuctú, uno puede saber cuáles son «las señales enviadas por los mercados». En todas partes, los gobiernos han llevado a cabo privatizaciones y han creado la ilusión de que la población podría participar directamente de los ritos del mercado (mediante la compra de acciones) y que como contrapartida se beneficiaría si interpretaba correctamente las señales enviadas por el dios Mercado. En realidad, la pequeña proporción de población trabajadora que adquirió acciones no tiene el más mínimo peso sobre las tendencias del mercado.
De aquí a algunos siglos, quizás se leerá en los libros de Historia que, a partir de los años ochenta del siglo xx, hizo furor cierto culto fetichista. La expansión así como el poder que llegó a tener dicho culto quizás se relacionará con los nombres de dos jefes de Estado: Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Se destacará que este culto se benefició desde sus inicios de la ayuda de los poderes públicos y de las potencias financieras privadas. En efecto, para que este culto encontrara cierto eco en las poblaciones, fue necesario que los medios de comunicación públicos o privados le rindieran pleitesía cotidianamente.
Los dioses de esta religión son los Mercados Financieros, a los que se dedicaron templos llamados Bolsa, y en donde sólo son convidados los grandes sacerdotes y sus acólitos. Al pueblo de los creyentes se invita a entrar en comunión con los dioses Mercados mediante la pantalla de TV o del ordenador, el diario, la radio o la ventanilla del banco. Hasta en los rincones más recónditos del planeta, gracias a la radio o la televisión, centenares de millones de seres humanos, a quienes se niega el derecho de tener sus necesidades básicas satisfechas, son convidados a celebrar a los dioses Mercados. Aquí en el Norte, en la mayoría de diarios leídos por los asalariados, las amas de casa y los desocupados, existe una rúbrica del tipo «dónde colocar su dinero», a pesar de que una aplastante mayoría de lectores y lectoras no cuenta ni con una acción en la bolsa. Se paga a los periodistas para que ayuden a los creyentes a comprender las señales enviadas por los dioses.
Para aumentar el poder de estos dioses sobre el espíritu de los creyentes, los comentaristas anuncian periódicamente que éstos han enviado señales a los gobiernos para indicarles su satisfacción o su descontento. El gobierno y el Parlamento griegos, habiendo comprendido finalmente el mensaje recibido, han adoptado un plan de austeridad de choque que hará pagar la crisis a los de abajo. Pero los dioses siguen descontentos con el comportamiento de España, Portugal, Irlanda e Italia. Sus gobiernos también deberán llevar como ofrendas importantes medidas antisociales para calmarlos.
Los lugares donde los dioses abruman con la manifestación de sus humores están en Nueva York, en Wall Street, en la City de Londres, en las Bolsas de París, de Frankfurt y de Tokio. Para medir su satisfacción, se inventaron instrumentos que llevan el nombre de Dow Jones en Nueva York, Nikei en Tokio, el CAC40 en Francia, el Footsie en Londres, el Dax en Francfort, el IBEX en España. Para asegurarse la benevolencia de los dioses, los gobiernos sacrifican los sistemas de seguridad social en el altar de la Bolsa, y además privatizan.
Valdría la pena preguntarse por qué a estos operadores se les ha otorgado esta dimensión religiosa. Ellos no son ni desconocidos ni meros espíritus. Tienen nombre y domicilio: son los principales dirigentes de las 200 multinacionales más grandes que dominan la economía mundial con la ayuda del G7 y de instituciones tales como el FMI —que volvió al centro del escenario gracias a la crisis después de haber pasado un tiempo en el purgatorio—. También actúan el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, aunque ésta no esté en su mejor momento, nadie sabe si de nuevo puede ser la elegida de los dioses. Los gobiernos no son una excepción: desde la era de Reagan y Thatcher abandonaron los medios de control con que contaban sobre los mercados financieros. Dominados por los inversores institucionales (grandes bancos, fondos de pensiones, compañías de seguros, hedge funds...) los gobiernos les donaron o prestaron billones de dólares para que puedan cabalgar de nuevo, después del desastre de 2007-2008. El Banco Central Europeo, la Reserva Federal estadounidense, el Banco de Inglaterra prestan diariamente, con un tipo de interés inferior a la inflación, enormes capitales que los inversores institucionales se apresuran a utilizar en forma especulativa contra el euro, contra las tesorerías de los Estados, etc.
Actualmente, el dinero puede atravesar fronteras sin ninguna imposición fiscal. Cada día circulan en el mundo 3 billones de dólares saltándose las fronteras. Sólo menos del 2 % de esta suma se utiliza directamente en el comercio mundial o en inversiones productivas. Más del 98 % restante se dedica a operaciones especulativas, en especial sobre las monedas, los títulos de la deuda o las materias primas.
Debemos terminar con la trivialización de esta lógica de muerte. Se necesita crear una nueva disciplina financiera, expropiar a este sector y ponerlo bajo el control social, gravar con fuertes impuestos a los inversores institucionales que primero provocaron la crisis y después se aprovecharon de ella, auditar y anular las deudas públicas ilegítimas, instaurar una reforma fiscal redistributiva, reducir radicalmente el tiempo de trabajo con el fin de poder contratar masivamente, pero sin disminuir los salarios, etc. En dos palabras, comenzar a poner en marcha un programa anticapitalista.
Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz.
lunes, 11 de enero de 2010
Dimecres 13 de gener a les 19:00 a l'Espai Icaria: Conversa amb Éric Toussaint
sábado, 2 de mayo de 2009
Ecuador en la encrucijada, Eric Toussaint
Ecuador en la encrucijada
Eric Toussaint (CADTM)
En las elecciones generales que tuvieron lugar el domingo 26 de abril, los ecuatorianos y ecuatorianas renovaron el mandato a Rafael Correa, por cuatro años más. El presidente Correa obtuvo un poco más del 51 % de los votos, y tiene una ventaja de mas de 20 puntos sobre Lucio Gutiérrez, su principal adversario, el ex presidente de derechas que fue derrocado por una movilización popular en Abril 2005.
A la cabeza de lo que llama la «revolución ciudadana», Rafael Correa ya ganó varias elecciones importantes. Elegido presidente a fines de 2006, triunfó en abril de 2007, con un 82 % de los votos, el «Sí» en el referéndum sobre la convocatoria de elecciones generales para designar los miembros de la Asamblea Constituyente (en ese momento todo el establishment y todos los media estaban en su contra). En septiembre 2007, los electores dieron la mayoría en la Asamblea Constituyente a los candidatos de Alianza País, el nuevo movimiento político de Correa, y a los partidos de izquierda que apoyaban su proyecto. El texto de la nueva Constitución fue aprobado por los asambleístas en julio de 2008 después de ocho meses de una elaboración democrática, en el curso de la cual los miembros de la oposición tuvieron ampliamente la oportunidad de presentar proposiciones. El proyecto de Constitución, elaborado con una fuerte participación ciudadana, se sometió a referéndum el 28 de septiembre de 2008 y fue aprobado por más del 60 % de votos. Las elecciones del domingo 26 de abril 2009 confirman así el apoyo popular con que cuenta Correa y los partidos aliados.
Según los resultados provisorios, el movimiento Alianza País obtendría 62 de los 124 miembros de la nueva Asamblea Nacional surgida de la votación del domingo. Los otros partidos de izquierda que podrían aliarse con Correa obtendrían en conjunto una quincena de representantes (7 del MPD, 5 de los municipalistas y 4 de Pachakutik).
La nueva Constitución aumenta la garantía de los derechos culturales, económicos y sociales de la población. Así mismo instaura un mecanismo democrático que permite revocar a mitad de su mandato a todos los cargos electos en todos los niveles, incluido el presidente de la República (es también el caso de la Constitución de Venezuela, vigente desde 1999, y de la de Bolivia desde el año 2009).
Los cambios políticos democráticos en curso en Ecuador son sistemáticamente silenciados por las grandes medias de los países más industrializados. En cambio, se ha orquestado metódicamente una campaña de desprestigio a fin de presentar a estos tres jefes de Estado bajo la repelente imagen de dirigentes populistas autoritarios.
Las experiencias de estos tres países andinos, en término de adopción de nuevas Constituciones, son muy enriquecedoras. Tendrían que inspirar a los pueblos y a las fuerzas políticas de otros países. Basta con comparar la situación de Europa, con la falta de procedimientos democráticos para lograr la aprobación del «Tratado Constitucional». Por supuesto, las experiencias en curso en Venezuela, en Bolivia y en Ecuador también tienen unas contradicciones y unos límites importantes que se han de analizar[1].
Los próximos meses mostrarán si, en Ecuador, el gobierno es capaz de tomar medidas para hacer frente a la crisis internacional que afecta gravemente a la población ecuatoriana.
En el frente de la deuda, el presidente Rafael Correa hizo declaraciones muy prometedoras: “Queridos Compatriotas ecuatorianas y ecuatorianos, buscaremos no sólo sancionar a los culpables sino también no pagar la deuda ilegítima, la deuda corrupta, la deuda ilegal; su peso debe ser trasladado por partes iguales a los responsables de adquirirla con títulos espurios, con malas artes, con chantaje, con traición. Cada cual tiene que asumir su responsabilidad, pagar con sus bienes lo que corresponde. Los prestamistas no son menos culpables, los que indujeron compulsivamente, amarraron y coimaron con jugosas comisiones, a como diera lugar, para colocar sus empréstitos ¡Ya basta de tanto saqueo, ya basta de tanto latrocinio ya basta de tanta inequidad! La dignidad y la justicia se inauguraron el 15 de enero del 2007 y demostraremos que somos un país soberano. Hasta la victoria siempre, compatriotas”[2].
En noviembre de 2008 Ecuador suspendió el pago de una parte de las deudas contraídas por los gobiernos anteriores bajo la forma de bonos (los «bonos global 2012 y 2030»). Las autoridades ecuatorianas tomaron esta decisión basándose en los resultados de los trabajos realizados por la Comisión de Auditoría Integral de la Deuda Pública.[3]
Estos bonos están efectivamente viciados de nulidad dadas las condiciones en que fueron emitidos. El 20 de abril de 2009, el gobierno propuso a los tenedores de dichos bonos que aceptaran una reducción de su valor del 70 %. Su decisión se espera para el 15 de mayo de 2009. Personalmente, como miembro de la CAIC, yo era partidario de poner fin, lisa y llanamente, al reembolso de estos bonos de manera definitiva y de iniciar procesos legales contra los responsables ecuatorianos y extranjeros (esencialmente grandes bancos estadounidenses) por los diversos delitos que cometieron. Al mismo tiempo que anunciaban el inicio de las acciones judiciales, las autoridades ecuatorianas, que estaban convencidas de su absoluto derecho, optaron por una vía más moderada (a semejanza de lo que había hecho Argentina entre 2002 y 2005). El futuro dirá si esta vía permite aliviar de forma duradera el peso del pago de la deuda, pero es improbable. Hacen falta acciones más radicales.
De todas maneras, hasta ahora, el gobierno ecuatoriano es el único en el mundo que haya emprendido, en el curso de los años 2000, una auditoría integral de la deuda pública con una amplia participación pública. El hecho de que otros gobiernos no hayan seguido aún esta vía constituyó un freno para las autoridades de Quito, pues éstas temían verse enfrentadas a un aislamiento internacional. Una nueva crisis de la deuda pública se está gestando como consecuencia de la crisis internacional que se inició en los países del Norte en 2007[4]. En los meses y los años venideros, muchos países se van a encontrar ante grandes problemas de pago. Es por esto por lo que es importante adoptar una actitud firme para defender el derecho de los pueblos frente al diktat de los acreedores.
Traducido por Raul Quiroz
[1] Ver Eric Tousssaint “La izquierda llega al gobierno pero no tiene el poder” http://www.cadtm.org/spip.php?article4333 Ver también: http://www.kaosenlared.net/noticia/eric-toussaint-solucion-revolucionaria
[2] Texto tomado del discurso del Presidente Correa luego de recibir el Informe de Auditoría de la CAIC, el 20 de noviembre del 2008, en CIESPAL, Quito.
[3] Como miembro de la Comisión de auditoría (CAIC), participé personalmente en los trabajos de esta comisión que funcionó desde julio de 2007 hasta septiembre de 2008. Ver Libro del CADTM "Ecuador en la encrucijada. Abolir la deuda para liberar el desarrollo humano", Abya-Yala, Quito, 2009. http://www.cadtm.org/spip.php?article4194 Ver también El Telegrafo, 29 Marzo 2009: “Un activista contra el Banco Mundial: entrevista de Eric Tousssaint. No es posible seguir pagando una deuda ilegítima” http://www.cadtm.org/spip.php?article4271
lunes, 17 de noviembre de 2008
Unión sagrada para una sagrada estafa. Eric Toussaint
Eric Toussaint[1]
El rescate de los bancos y aseguradoras privadas realizado en septiembre-octubre de 2008 constituye una elección política fuerte que no tenía nada de ineludible y que ancla al futuro en varios niveles decisivos.
En primer lugar, el costo de la operación es asumido enteramente por los poderes públicos, lo que implicará un aumento muy importante de la deuda pública[2]. La crisis capitalista actual, que durará al menos varios años, incluso una década,[3] implicará una reducción de los ingresos del Estado mientras que aumentarán sus gastos vinculados al reembolso de la deuda. En consecuencia, las presiones para reducir los gastos sociales serán muy fuertes.
Los gobiernos de Estados Unidos y Europa sustituyeron un tambaleante andamiaje de deudas privadas por una aplastante acumulación de deudas públicas. Según el banco Barclays, los gobiernos europeos de la zona euro emitirán, en 2009, nuevos títulos de deuda pública por un importe que debería alcanzar los 925.000 millones de euros[4]. Se trata de una suma colosal, sin contar las nuevas emisiones de bonos del Tesoro por Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Canadá, etc. Sin embargo, hasta hace poco tiempo, había un consenso de los mismos gobiernos para reducir la deuda pública. Todos los partidos de derecha y de centro y la izquierda tradicional apoyaron la política de rescate favorable a los grandes accionistas bajo la falacia de que no había otras soluciones para proteger el ahorro de la población y el funcionamiento del sistema de crédito.
Esta unión sagrada significa la transferencia de la factura a la mayoría de la población a la que se invitará a pagar, bajo distintas formas, las travesuras capitalistas: reducción de los servicios que el Estado presta a la población, pérdidas de empleo, reducción del poder adquisitivo, aumento de las contribuciones de los pacientes en su asistencia sanitaria, de los padres para la educación de los hijos, reducción de las inversiones públicas… y un aumento de los impuestos indirectos.
¿Cómo se financia actualmente las operaciones de rescate en curso en Norteamérica y Europa? El Estado aporta dinero fresco a los bancos y a las aseguradoras, al borde de la quiebra, sea en forma de recapitalización, sea en forma de compra de los activos tóxicos de las empresas en cuestión. ¿Qué hacen los bancos y las aseguradoras con este dinero fresco? Esencialmente compran activos seguros para sustituir los activos tóxicos en su balance. ¿Cuáles son los activos más seguros en este momento? Los títulos de la deuda pública emitidos por los Estados de los países más industrializados (bonos del Tesoro de Estados Unidos, Alemania, Francia, Bélgica…). El círculo se cierra: el Estado da dinero a las instituciones financieras privadas (Fortis, Dexia, ING, bancos franceses, británicos, estadounidenses…).
Para ello, los Estados emiten títulos del Tesoro público que son suscritos por estos mismos bancos y estas aseguradoras, que conservan el dominio sobre sus instituciones (ya que el Estado no exige que el capital que aporta le dé derecho a tomar decisiones, ni tampoco a participar en las votaciones) y éstas hacen nuevos negocios prestando el dinero fresco que acaban de recibir de los Estados[5] a estos mismos Estados exigiendo, por supuesto, un interés máximo…[6]
La ley del silencio
Este enorme timo en curso está amparado por la ley del silencio. La omerta se establece entre los principales protagonistas: gobiernos, banqueros ladrones, aseguradoras tramposas. Los grandes medios periodísticos se guardan bien analizar con profundidad el mecanismo de financiación de las operaciones de rescate. Se explayan en detalles sin importancia: el árbol que oculta el bosque. Por ejemplo, la gran pregunta que se plantea la prensa en Bélgica con respecto a la financiación de la recapitalización de Fortis, qué pasa a estar bajo el control de BNP Paribas, es la siguiente: ¿cuánto valdrán las acciones de Fortis en 2012, cuando el Estado que las compró pueda revenderlas? Por supuesto, nadie puede responder seriamente a esta pregunta, pero eso no le impide a la prensa dedicarle páginas enteras. Eso permite desviar la atención. No se analiza ni la filosofía y ni el mecanismo de la operación de rescate. Es necesario esperar que, por la acción combinada de los medios de comunicación alternativos, de las organizaciones ciudadanas, de las delegaciones sindicales y de los partidos políticos de la izquierda radical[7] se denuncie esta gran estafa, y que sea comprendida y denunciada por una parte creciente de la población. No será fácil, el lavado de cerebro de la población es considerable. A medida que la crisis se agrave surgirá un profundo malestar, que se transformará en desconfianza política con respecto a los gobiernos que realizaron este tipo de operación. Si el juego político continúa sin grandes convulsiones, los gobiernos de derecha de hoy serán sustituidos por gobiernos de centro izquierda que proseguirán una política social-liberal. Del mismo modo, algunos gobiernos de derecha sustituirán a los actuales gobiernos social-liberales.
Cada uno a su vez criticará la gestión de sus antecesores, afirmando que vaciaron las arcas del Estado[8] y que no hay margen de maniobra para concesiones a las demandas sociales. No hay nada inevitable en políticaOtro escenario es también posible. En primer lugar, es necesario afirmar que se puede salvar perfectamente de otra manera el ahorro de los ciudadanos y el sistema de crédito. Se puede garantizar la protección del ahorro de la población mediante la nacionalización o estatización de las empresas de crédito y las aseguradoras al borde de la quiebra. Eso significa que el Estado, que se convierte en su propietario, garantiza la responsabilidad de su gestión. Con el fin de evitar que el coste de esta operación vuelva a caer sobre la gran mayoría de la población, que no tiene ninguna responsabilidad en la crisis, las autoridades públicas deben hacer pagar a las empresas que son responsables del hundimiento. Basta con recuperar el coste del rescate de las empresas interesadas, reteniendo un importe igual del patrimonio de los grandes accionistas y administradores. Obviamente, eso significa tener en cuenta el conjunto de su patrimonio y no solamente la parte que concierne a las sociedades financieras en quiebra.
El Estado debe también iniciar acciones legales contra los accionistas y los administradores responsables del desastre financiero, con el fin de obtener a la vez reparaciones financieras (que van más allá del coste inmediato del rescate) y condenas a penas de prisión si se demuestra su culpabilidad. Es necesario imponer un impuesto de crisis sobre las grandes fortunas con el objetivo de financiar un fondo de solidaridad para las víctimas de la crisis (en particular, los desocupados y para crear empleos en sectores útiles para la sociedad.
Numerosas medidas complementarias son necesarias: acceso a los libros contables de las empresas, dando derecho de fiscalización a las organizaciones sindicales; levantamiento del secreto bancario; eliminación de los paraísos fiscales, comenzando por la prohibición a las empresas de tener cualquier transacción o activo, tanto en un paraíso fiscal con el mismo;, impuesto progresivo sobre las transacciones en divisas[9] y sobre los productos derivados (CDS,…), instauración del control sobre los movimientos de capitales y sobre los cambios, congelamiento neto de toda nueva medida de desregulación/liberalización de los mercados y servicios públicos, vuelta a los servicios públicos de calidad… El agravamiento de la crisis volverá a poner al orden del día el tema de la transferencia al sector público de sectores industriales y servicios privados, así como el tema de la puesta en marcha de importantes planes para la creación de empleo.
Todo ello permitiría salir de esta grave crisis por lo alto, o sea, teniendo en cuenta el interés de las poblaciones. Se trata de reunir las energías para crear una relación de fuerzas favorable a la puesta en la práctica de soluciones radicales que tienen como prioridad la justicia social.
Traducción: Guillermo Parodi con la colaboración de Griselda Pinero y Raul Quiroz.
[1] Éric Toussaint, doctor en Ciencias Políticas de las universidades de Liege (Bélgica) y Paris VIII (Francia), presidente del Comité para la Abolición de la Deuda del Tercer Mundo - Bélgica, www.cadtm.org , autor de Banco del Sur y nueva crisis internacional, El Viejo Topo, Barcelona, 2008; Abya-Yala, Quito, 2008; Observatorio DESC-Bolivia, La Paz, 2008. También es autor de Banco mundial: el golpe de estado permanente, El Viejo Topo, Barcelona, 2007; Abya-Yala, Quito, 2007; CIM, Caracas, 2007; Observatorio DESC-Bolivia, La Paz, 2007.
[2] Los gobiernos y la Comisión Europea, en este caso encargada de velar por el cumplimiento de las normas de Maastricht, eluden el tema cuidadosamente. Cuando los periodistas se tornan muy insistentes, lo que es muy raro, les responden que no había otra elección. Es necesario también precisar que varios gobiernos realizan, al igual que los bancos arruinados, operaciones fuera de balance o fuera de presupuesto con el fin de disimular el importe exacto de sus obligaciones en términos de deudas públicas.
[3] Se puede comparar esta crisis con la que asoló Japón a partir del comienzo de los años 90, y de la que apenas estaba saliendo cuando la nueva crisis internacional comenzó a golpear fuerte.
[4] Según Barclays, esta suma se distribuiría del siguiente modo: 238.000 millones para Alemania, 220.000 millones para Italia, 175.000 millones para Francia, 80.000 millones para España, 69.500 millones para los Países Bajos, 53.000 millones para Grecia, 32.000 millones para Austria, 24.000 millones para Bélgica, 15.000 millones para Irlanda y 12.000 millones para Portugal.
[5] Por supuesto, el dinero fresco aportado por el Estado no se utilizará solamente para la compra de títulos del Tesoro, servirá también para nuevas reestructuraciones bancarias, así como para beneficio directo de los bancos.
[6] En septiembre y octubre 2008, Bélgica, Austria y España tuvieron que renunciar a emitir eurobonos por que los inversores institucionales (bancos, aseguradoras, fondos de pensiones,…) exigían un rendimiento demasiado alto. Esta información proviene del Financial Times del 29 octubre 2008.
[7] Esperemos que se pueda contar con que varios parlamentarios cumplan con su trabajo y que los periodistas, desde los grandes medios, quieran realmente analizar de manera crítica la forma en la que el salvataje bancario se realiza hasta el momento.
[8] Podrían denunciarlo o intentar actuar desde ahora en el seno de las instituciones parlamentarias. Si no lo hacen, siendo que es evidente que saben que la deuda pública aumentará significativamente, es porque comparten la orientación elegida. De hecho, eligieron la unión sagrada, que romperán al acercarse las elecciones.
[9] En 1998, habia un intercambio diario en divisas en los mercados financieros de cerca de 1,5 billones de dólares. En esta época surgieron diferentes organizaciones, y entre ellas Attac, que deseaban luchar en pro de un impuesto tipo Tobin sobre las transacciones en divisas. Con lo recaudado se podrían financiar las necesidades humanas. En junio de 2008, el volumen diario de transacciones en divisas se duplicó. Las monedas son totalmente inestables debido, en especial, a las permanentes operaciones especulativas.
martes, 25 de marzo de 2008
¿El Estado al servicio de los bancos o del interés general? De Eric Toussaint y Damien Millet
o del interés general?
Eric Toussaint – Damien Millet
http://www.cadtm.org/
En muchos aspectos, la crisis financiera internacional que se extiende es un espléndido ejemplo que revela los engaños y de los renunciamientos de los promotores de la mundialización financiera, ya sea en los consejos de administración de los grandes bancos privados, o bien de las altas esferas de los Estados. Durante estos últimos años, el discurso dominante proclamaba que todo iba muy bien en el frente de la deuda. Gracias a los nuevos productos financieros, tales como la titularización de las acreencias, el riesgo se había dispersado entre una multitud de actores. Ninguna crisis a la vista, los beneficios eran maravillosos y el crecimiento sostenido.
Ahora su construcción se desmorona. ¿Cómo podría ser de otro modo cuando algunos grandes bancos efectuaban enormes operaciones fuera de balance, construyendo un castillo de naipes con unos créditos dudosos y contribuyendo a la creación de una burbuja especulativa en el sector inmobiliario, que finalmente estalló? El sistema, lejos de dispersar el riesgo, hizo todo lo contrario, y los grandes bancos acumularon las fragilidades. Cada uno de éstos se esforzó entonces en pasar la patata caliente a su vecino, que ya estaba enredado con la suya.
En vez de reconocer sus errores y de asumir todas las consecuencias, los grandes bancos llamaron entonces en su ayuda al Estado, cuya acción, por otra parte, no cesan de denigrar: No vacilaron en reclamar al Estado, al que, en general, consideran demasiado intervencionista, que tomara medidas públicas enérgicas. En efecto, los lobbies de la gran banca privada repiten que el poder público debe plegarse a las leyes del mercado, que son las únicas que pueden gestionar con eficacia los recursos y fijar los precios a su justo valor.
Como simples subordinados, los poderes públicos de Estados Unidos y de Europa se pusieron manos a la obra de buena gana: no se puede negar nada a los directivos de los grandes bancos que sostienen a los principales candidatos en la elección presidencial, y que se mueven en los mismos círculos cerrados. Así, los gobernantes se apresuraron a salir en rescate del sector privado. En el menú: nacionalización de los bancos en dificultades, cambio de títulos devaluados por dinero fresco (200.000 millones de dólares en Estados Unidos), inyección de liquidez, planes de salvamento, reducción de la tasa de interés...
En Gran Bretaña, país puntero de la mundialización neoliberal, la crisis derribó al banco Northern Rock en septiembre de 2007, el que finalmente fue nacionalizado en febrero de 2008. Una vez que la empresa sea reflotada a costa de la colectividad, será devuelta al sector privado. Del mismo modo, en Estados Unidos, cuando el Bear Sterns, quinto banco de negocios del país, se encontró en dificultades de pago, el 13 de marzo de este año, las autoridades monetarias organizaron un montaje financiero, con el concurso del banco JP Morgan Chase, el cual compró a continuación el Bear Sterns a precio de bicoca.
Esta crisis demuestra con claridad que someter la gestión de la economía mundial a la lógica del máximo beneficio representa un coste enorme para la sociedad. Los bancos han jugado con el ahorro y los depósitos líquidos de centenares de millones de personas. Sur errores conducen a pérdidas enormes y a dramas humanos, como fue el caso de la quiebra de la multinacional Enron en el 2001. Unos 25.000 asalariados de Enron se encontraron con un retiro irrisorio porque los fondos de pensiones de la empresa habían sido descapitalizados por los directivos, que vendieron discretamente sus acciones por más de mil millones de dólares.[1]
Entre el Norte y el Sur, las semejanzas son evidentes. En el Sur, la crisis de la deuda, producida a principios de los años 80, fue provocada por el aumento unilateral de los tipos de interés por Estados Unidos, lo que produjo una explosión de los desembolsos exigidos a los países del Tercer Mundo a los que los bancos habían incitado a tomar préstamos a tipo de interés variable. Al mismo tiempo, el hundimiento de los precios de las materias primas les impedía afrontar los pagos, sumiéndolos brutalmente en la crisis. El Fondo Monetario Internacional (FMI), teleguiado por Estados Unidos y otras potencias, impuso entonces a los países en desarrollo endeudados unos drásticos programas de ajuste estructural. En el menú, como en los países del Norte, recorte de los presupuestos sociales, liberalización total e inmediata de la economía, abandono del control de los movimientos de capitales, apertura completa de los mercados, privatizaciones masivas. Pero, a diferencia de lo que ocurre actualmente en el Norte, a los Estados del Sur se les impidió la reducción de los tipos de interés y el aporte de liquidez a los bancos, lo cual provocó una cascada de bancarrotas y fuertes recesiones. Finalmente, como ahora, el Estado tuvo que reflotar los bancos en dificultades antes de privatizarlos, a menudo en beneficio de las grandes sociedades bancarias estadounidenses o europeas. En México, el coste del salvamento de los bancos en la segunda mitad de los años 90 representó el 15 % del producto interior bruto (PIB). En Ecuador, una operación similar realizada en el 2000 costó el 25 % del PIB. En todos los casos, la deuda pública interna tuvo un fuerte crecimiento, pues el coste del salvamento de los bancos fue soportado por el Estado.
La desreglamentación económica de las últimas décadas ha terminado en un fiasco. La única salida válida es una inversión total de las prioridades: reglamentaciones muy estrictas para las empresas privadas; inversión pública masiva en los sectores que permitan garantizar el goce de los derechos humanos fundamentales y proteger el ambiente, la recuperación por los poderes públicos de las palancas de decisión para favorecer sin excepciones el interés general.
Si el tren neoliberal prosigue su carrera demencial, el crash está garantizado. Los que lo embalaron en esta vía quieren verlo aún más acelerado. La prueba más reciente: después de las últimas elecciones en Francia, Nicolas Sarkozy declaró que quería acelerar las reformas, mientras que los electores han expresado con claridad su rechazo a las opciones actuales. Nadie duda de que un giro económico importante en el nivel internacional no podrá suceder sin una fuerte movilización popular. Cuarenta años después de mayo del 68, ésta es cada vez más urgente, para lograr por fin cuestionar el capitalismo.
Damien Millet, portavoz del CADTM Francia (Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, http://www.cadtm.org/), autor de África sin deuda, Icaria, Barcelona, 2008.
Eric Toussaint, presidente del CADTM Bélgica. Ha publicado algunas de sus obras en Icaria editorial
[1] En Estados Unidos, la jubilación de más de 40 millones de asalariados depende del plan 401K, creado en tiempos de Ronald Reagan. Se encuentran directamente expuestos a los vaivenes de los valores en la bolsa. En el caso de Enron, los directivos de los fondos de pensiones habían invertido el 62 % del capital en acciones de la empresa. Los fondos siguieron en su caída la cotización de la acción de Enron. Ver Eric Toussaint, La Bolsa o la Vida. Las finanza contra los pueblos, CLACSO, Buenos Aires, 2004. Capitulo IV: “La mundialización financiera en crisis”
martes, 18 de marzo de 2008
Rafael Correa respalda activamente la auditoria de la deuda pública
—Eric Toussaint—
La comisión de auditoría integral de la deuda pública interna y externa (CAIC) mantuvo una larga sesión de trabajo en febrero de 2008. Durante dos semanas, del 10 al 23 de febrero, 10 miembros ecuatorianos y los 6 miembros extranjeros de la CAIC trabajaron sin parar para adelantar el informe sobre la auditoría. El programa de trabajo se desarrolló de la manera siguiente: tres días de reunión de cinco subcomisiones (deudas bilaterales, deudas multilaterales, deudas comerciales externas, deudas comerciales internas y aspectos jurídicos), tres días de sesión plenaria, dos días de visita sobre el terreno, una jornada de reunión con Ricardo Patiño (ministro de Coordinación Política y presidente de la CAIC), media jornada dedicada a la presentación de los resultados provisorios de la auditoría al presidente Rafael Correa, con la presencia de los ministros Ricardo Patiño, Fausto Ortiz (Finanzas) y Washington Pesantes (Justicia), una jornada completa en la Asamblea Constituyente y, finalmente, una última jornada de reunión plenaria de la comisión para determinar la continuación de las tareas hasta julio de 2008.
Siete u ocho miembros ecuatorianos de la comisión trabajan a tiempo completo o bien a tiempo parcial desde hace meses. Desde diciembre de 2007, son apoyados por una decena de expertos financieros y algunos administrativos. Muchos miembros extranjeros también colaboraron con un trabajo impresionante durante varias semanas, bien en Ecuador o bien en sus respectivos países. Miles de páginas de documentos relacionados con contratos de endeudamiento fueron minuciosamente analizados desde diferentes puntos de vista: jurídico, económico, social, ambiental y político. Se realizaron decenas de entrevistas. Fueron necesarios muchos esfuerzos y tenacidad para lograr que ciertas instituciones del Estado abrieran enteramente sus archivos en materia de la deuda. Una parte de la resistencia se debe a la voluntad de ciertos ex responsables del endeudamiento de obstaculizar los trabajos de la comisión. En efecto, en muchos sitios del aparato estatal, entre los funcionarios de carrera, siguen presentes personas que han tenido alguna responsabilidad del endeudamiento ilegítimo en las décadas pasadas. No sienten ningún deseo de que se descubra su infame complicidad. Felizmente, puestos clave de la administración están ocupados por personas que quieren que salga todo a la luz. Y lo que es determinante, está la voluntad del presidente de la República de ver culminar las investigaciones de la comisión. Gracias a la conjunción de esta determinación del presidente, de la del ministro que preside la comisión y de la perspicacia de los miembros de ésta, se va llegando a resultados particularmente alentadores.
Sesión de trabajo con Rafael Correa
El miércoles 20 de febrero, el presidente Correa recibió a la CAIC en el palacio presidencial de Quito. Este largo encuentro fue realmente muy positivo. A pesar de que el momento no era muy propicio: desde hacía 15 días, las lluvias torrenciales se abatían sobre la mayor parte del territorio ecuatoriano. La víspera de nuestro encuentro, la catástrofe natural adquirió proporciones aún más graves que en los días anteriores. El 20 de febrero a las 6 de la mañana, el presidente reunió a diferentes ministros y al jefe de las fuerzas armadas para hacer un balance de la situación. Dictó un decreto que daba órdenes al ejército para acudir en ayuda de la población, en particular, autorizándolo a intervenir en las grandes plantaciones de bananas, cuyos propietarios construyeron muros que impedía la evacuación de las aguas. Debido a esta situación de causa mayor, la reunión con el presidente Correa comenzó con dos horas de retraso. A pesar de esto, Correa manifestó un gran interés en los trabajos de la comisión. La reunión se desarrolló en dos partes y duró cerca de tres horas. En la segunda parte, Correa decidió sobre la marcha convocar al ministro de Justicia y al consejero jurídico de la presidencia, y manifestó que quería emprender medidas legales para enjuiciar a los responsables del endeudamiento ilegítimo del país, especialmente en el momento de la emisión de los bonos Brady, en 1995. Confirmó igualmente que estaba dispuesto a cortar el reembolso de ciertos préstamos realizados por el Banco Mundial. Tres días más tarde, con ocasión de su programa radiofónico de los sábados, el presidente habló claramente sobre esta cuestión.
Se podría tomar una decisión al acabar los trabajos de la CAIC, después de julio de 2008.
La Asamblea Constituyente de Ecuador recibe al la CAIC el 21 de febrero de 2008
El grupo nacional deuda presentó a Alberto Acosta, presidente de la Asamblea Constituyente, una proposición sobre el problema de la deuda pública, que se ha de tener en cuenta en la redacción de la Constitución. Ésta se encuentra en fase de elaboración y el texto final de propuesta de nueva Constitución deber ser adoptado por la Asamblea el 24 de mayo de 2008. (El texto definitivo quizás requiera un par de meses suplementarios). El proyecto de Constitución se someterá al sufragio universal en un plazo de tres meses después de su aprobación por la Asamblea Constituyente, la que dispone de plenos poderes, incluso puede destituir al presidente. En octubre de 2007 disolvió el Parlamento, compuesto esencialmente por los beneficiarios del antiguo régimen, detestado por la mayoría de la población.
En su introducción, Alberto Acosta nos recordó que Montecristi, pequeña localidad donde se reúne en sesión permanente la Constituyente, fue elegida a tal fin porque allí nació Eloy Alfaro, héroe de la revolución liberal, quién luchó contra el poder terrateniente y conservador asumiendo la presidencia el 5 de junio de 1995. En su gobierno puso en marcha transformaciones sociales y económicas revolucionarias. En 1896, Alfaro suspendió el reembolso de la deuda. La burguesía y los grandes terratenientes, apoyados por la jerarquía católica, propiciaron su asesinato en 1912.
¿Quién participó en esta reunión «histórica»? en términos de Alberto Acosta. Siete delegados del grupo nacional Deuda, entre ellos varios miembros de la Jubileo 2000 Red Guayaquil[1] y también María Isabel Altamirano, miembro del CADTM Ecuador, y diez delegados de la Comisión de la Auditoría Integral de la Deuda Pública de Ecuador. La representante del Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES) presentó un proyecto elaborado por el grupo nacional Deuda en el curso de los últimos días (yo participé en la elaboración de esta proposición durante las dos últimas semanas). Oscar Ugarteche (economista peruano, actualmente profesor en México) leyó el informe intermedio de la actividad de la CAIC.
Después de la reunión con Alberto Acosta tuvo lugar otra, a primeras horas de la tarde. La CAIC fue recibida por la 7ª comisión, denominada «Principios que rigen el desarrollo», que redacta una parte de la Constitución. Cada comisión se compone de docena de diputados a la Constituyente. El diálogo con esta comisión duró tres horas y resultó bastante animado, pues Pablo Lucio Paredes, uno de los diputados integrantes de la comisión, adoptó un tono muy crítico con respecto a la presentación de los trabajos de la CAIC. Hay que decir que es un miembro de la derecha y que participó en el poder en los años noventa, donde desempeñó un papel muy activo en la aplicación de las políticas neoliberales, que tanto daño causaron al país. Manifiestamente, este diputado no desea en absoluto que la presidencia de la República cuestione el pago de la deuda de Ecuador. El resto de los diputados miembros de la 7ª comisión de la Asamblea Constituyente, al contrario, expresaron su apoyo a los trabajos de la comisión.
Al margen de los trabajos de la CAIC
Además de mi participación en febrero de 2008 en las actividades de la CAIC, tuve varias reuniones de trabajo con Pedro Páez, ministro de Coordinación Económica, que versaron principalmente sobre el Banco del Sur, el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre las Inversiones), las prioridades de la política económica del gobierno, etc. Así mismo mantuve dos reuniones con el CADTM Ecuador, el que, por otra parte, organizó una sesión pública de información el 20 de febrero en Quito, en la que dieron la palabra a tres miembros de la CAIC. Tuve una entrevista radiofónica en Radio Nacional de Argentina sobre el tema de la auditoría de la deuda, así como otra entrevista escrita en el sitio internet argentino Terra, sobre el Banco del Sur. En fin aproveché también mi estadía para preparar la edición ecuatoriana para la editorial Abya Yala de dos libros del CADTM: el del Banco del Sur y el de la auditoría de la deuda de Ecuador.
Planificación de las actividades y de la próxima gran cita de la CAIC
Hasta finales de junio de este año, La CAIC proseguirá su análisis pormenorizado de la auditoría de la deuda. Los día 3 y 4 de julio, tendrá lugar en Quito un importante seminario internacional sobre el derecho y la deuda. La CAIC se reunirá a continuación, del 7 al 11 de julio, para aprobar el informe final y las recomendaciones que presentará en los días siguientes a la presidencia de la República. A partir del 16 de julio, se efectuará una reunión sobre estrategia de las campañas internacionales de la deuda, con una cincuentena de delegados de todos los continentes. Los meses venideros serán, por consiguiente, determinantes para Ecuador.
Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz.
jueves, 7 de febrero de 2008
Bolivia: avances sobre los bienes comunes y la reforma constitucional, de Eric Toussaint
Eric Toussaint
Febrero 2008
Este país de 10 millones de habitantes es uno de los más pobres de América latina. Su «capital»[1] La Paz está situada a 3 600 metros de altitud. El país comprende tres zonas geográficas: una gran región montañosa con mesetas situadas por encima de los 2.500 metros de altitud, en la frontera con Perú, Chile y Argentina; una llanura de baja altitud, próxima a Argentina, Brasil y Paraguay, y una región amazónica con vegetación tropical próxima a Brasil. La llanura es rica en hidrocarburos y sus fértiles tierras generan importantes ingresos por exportación, principalmente gracias a la soja.
El país vivió una gran explosión revolucionaria en 1952, que condujo a una reforma agraria, a la nacionalización de las minas, a la implantación de la educación pública gratuita y obligatoria, así como al sufragio universal. De 1971 a 1978, Bolivia vivió bajo la férula del régimen militar del general Hugo Banzer. A partir de 1985, es país estuvo sometido a las peores políticas neoliberales. Para poner fin a 20 años de neoliberalismo, los movimientos sociales bolivianos protagonizaron pujantes y heroicos combates. Desde finales del 2005, por primera vez en la historia boliviana, un representante de la mayoría indígena de la población fue electo presidente.
Muy afectada por la crisis de la deuda que estalló en 1982, Bolivia fue sometida a un tratamiento de choque neoliberal a partir de 1985: privatización de las minas y del petróleo, reducción masiva de los salarios y del empleo, apertura económica demencial, reducción de los gastos públicos. El autor intelectual de ese plan de ajuste estructural fue el economista estadounidense Jeffrey Sachs, quien concebiría más tarde el plan de choque aplicado en Rusia y se convertiría en un adepto de la anulación de la deuda de los países pobres, especialmente de los países del Africa sub-sahariana.
A partir del año 2000 y hasta el día de hoy, las luchas sociales han sido numerosas y el pueblo boliviano ha desempeñado un papel de vanguardia en el ámbito mundial al poner en el núcleo de la agenda la lucha por el control público de los bienes comunes: la lucha victoriosa en Cochabamba contra la privatización del agua, en abril de 2000, y en El Alto en 2004-2005; la lucha por la recuperación del control público del gas en el 2003 que llevó a la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada[2].
El marco de la presidencia de Evo Morales
La mayoría de la población es indígena: según el censo de 2001, el 62 % de los bolivianos se consideran parte de las poblaciones nativas indoamericanas, en su mayoría Quechuas y Aymarás. En la aglomeración popular de El Alto (4.000 metros de altitud), situada en las afueras de La Paz, la cual se hizo autónoma en 1985 bajo el efecto de su explosión demográfica, el 80% de sus 850 000 habitantes se consideran indios. La población indígena ha estado excluida del poder central (presidencia de la república y del gobierno)[3] hasta la elección en 2005 de Evo Morales, indio aymará, campesino, dirigente sindical de los productores de hoja de coca, como presidente de la república boliviana. Desde esta fecha, el MAS (Movimiento al Socialismo), el partido de Evo Morales, dispone de una mayoría en la Cámara de diputados, pero no en el Senado, dominado por la derecha, que trata de bloquear todas las reformas democráticas y todas las medidas que benefician al pueblo. La reforma constitucional está en el centro del debate y de las polémicas políticas. Aun cuando es igualmente mayoritario en la asamblea constituyente, el MAS no cuenta con los dos tercios necesarios para la aprobación de las proposiciones de cambios constitucionales.
En el 2006, Evo Morales y su gobierno decretaron la nacionalización del petróleo y el gas, lo que es muy bien recibido por una gran mayoría de la población. La aplicación de esta medida toma tiempo y esto ha suscitado tensiones en el campo que apoya a Evo Morales. Empero, el gobierno ha tenido éxito en obtener que las multinacionales que operan en el país entreguen una parte mucho más importante de sus ingresos al Tesoro Público, lo que permite incrementar los gastos sociales.
Los prefectos de los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, al servicio de los capitalistas locales (industriales, latifundistas, comerciantes especializados en el comercio exterior) hacen todo lo posible para desestabilizar el gobierno de Evo Morales: amenaza de secesión, negativa a aplicar reformas, movilización de sectores de la población financiada por las patronales, campaña difamatoria contra el presidente y su gobierno. Los dirigentes de la rica provincia de Santa Cruz se comportan como los dirigentes de Croacia cuando se produjo la desintegración de Yugoslavia al principio de los años 90. A medias palabras dicen que no quieren seguir financiando a las provincias pobres ni a La Paz. Asistimos al mismo juego centrífugo en Venezuela con el estado petrolero de Zulia (cuya capital es Maracaibo), que también amenaza con separarse del resto del país; lo mismo que en Ecuador con Guayaquil (ciudad muy rica del litoral controlada por la derecha). Las declaraciones de ciertos dirigentes de la derecha son descaradamente racistas. El alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández, declaró el 9 de diciembre de 2007: «En este país, pronto habrá que pintarse y ponerse plumas para existir.».[4]
El camino hacia la elección de Evo Morales y la mutación del movimiento social.[5]
El movimiento social ha conocido una mutación profunda en el curso de los últimos veinte años. Hasta la privatización de las minas decidida en 1985, la Central Obrera Boliviana (COB) constituía, incontestablemente, desde hacía cuarenta años, el movimiento social más importante. Protagonizaba un papel político de primer plano[6] y llevaba adelante un programa de izquierda muy radical. Los mineros constituían su columna vertebral. Era en el mismo momento en que Margaret Thatcher en Gran Bretaña y el presidente boliviano Víctor Paz Estensoro lanzaban sus victoriosas ofensivas contra los mineros de sus respectivos países. Esto indica que en el Norte y en el Sur del planeta se perseguían objetivos semejantes en el marco de la ofensiva del capital contra el trabajo bajo la bandera del neoliberalismo. Para el movimiento social, el efecto de la privatización de las minas y el cierre de un gran número de ellas tuvo efectos aún más graves en Bolivia que en Gran Bretaña, pues el país andino no tenía otros grandes sectores industriales.
La crisis de la deuda, que golpeó de lleno a Bolivia a partir de 1982 desembocó en una suspensión de pagos en 1984. El FMI y el Banco Mundial, respaldados por el economista demócrata Jeffrey Sachs, obtuvieron el consentimiento del gobierno boliviano para aplicar a partir de 1985 una política brutal de ajuste estructural. Más allá de los 23 000 mineros del sector público y los 5 000 del sector privado que perdieron su trabajo, todo el pueblo sufrió las consecuencias del ajuste de choque: 18 000 empleados públicos despedidos, reducción del 40% del salario real en los sectores público y privado en septiembre de 1985 como resultado de la devaluación y de las medidas asociadas, modificación de las leyes sociales a favor de la patronal que incluía una fuerte precarización del estatuto de los trabajadores. La ofensiva neoliberal se consolidó en 1990 mediante la sanción de la ley sobre las inversiones, que puso fin al control de cambios e instauró la libertad total de los movimientos de capitales y la posibilidad de establecer zonas francas industriales, exoneradas de impuestos; en 1992 mediante una nueva ley sobre las privatizaciones; en 1994 con la ley sobre la capitalización; en 1996 con la ley 1689, que llevaba aún más lejos el control de la economía por las grandes empresas extranjeras (Repsol, BP, Enron y Shell) y las filiales de la antigua empresa pública petrolera (YPFB).
Es en ese marco de profundo retroceso del movimiento obrero en el que nacen las condiciones de la mutación del movimiento social, y eso, de una manera muy particular. Los sindicatos de los cultivadores de coca y los comités de barrio devienen el elemento decisivo del movimiento social durante el curso de los años 90. La dimensión indígena de la lucha adquiere mayor amplitud que durante los decenios anteriores.
¿Cómo sucedió eso? Uno de los fenómenos a tomar en cuenta es la migración hacia la región del Chapare de decenas de miles de indígenas que perdieron sus empleos de mineros o que habían sido víctimas de la sequía que asoló el altiplano durante la primera mitad de los años 80. La familia de Evo Morales era parte de esas familias campesinas que abandonaron las altas mesetas áridas y frías para dirigirse a las tierras cálidas y húmedas de baja altitud del Chapare, en el departamento de Cochabamba. El cultivo de la coca ha constituido la actividad más remuneradora que se les presentaba como principal reconversión. Las familias de los mineros y de campesinos provenientes de las otras regiones se establecieron por su propia cuenta y han venido trabajando en un esquema colectivo. La coca es una planta sagrada para los aborígenes de Bolivia y de otros países andinos.
La hoja de coca tiene importantes virtudes: corta el hambre, permite combatir el mal de altura (la puna), reduce la sensación de fatiga. El consumo de hoja de coca por acullico (maceración en la boca) o en tisana es generalizado. En el Chapare, las condiciones climáticas son ideales y permiten producir por lo menos tres cosechas al año. La hoja se conserva y transporta sin dificultad. Es el único producto agrícola fácilmente cultivable y comercializable. Otros cultivos no resultaban rentables porque el Chapare no disponía de vías de comunicación y de comercialización adecuadas.
En el curso de los años 80 muchas familias, como la de Evo Morales, abandonaron el cultivo de la patata del altiplano por el de la coca. Hay que mencionar que el precio de la hoja de coca había aumentado fuertemente a partir de la década de los 70 como consecuencia de una demanda internacional creciente por esta planta, de la cual se extrae la cocaína mediante algunas manipulaciones químicas.
Veinte años más tarde, Evo Morales dirá en su discurso de toma de posesión como Presidente de la República: «Nosotros queremos decirle a la comunidad internacional que la droga, la cocaína, el narcotráfico no hacen parte de la cultura andina ni de la amazónica. Infortunadamente es un mal importado y es necesario acabar con el narcotráfico, hay que acabar con la cocaína. Pero no será coca cero, sino que será cocaína cero, narcotráfico cero.»[7]
Fenómeno extremamente interesante: los mineros que se convirtieron en agricultores en el Chaparé llevaron consigo sus tradiciones de organización y sus concepciones políticas. Las familias de cultivadores se organizaron en sindicatos y éstos han desempeñado un papel importante en su vida cotidiana, interviniendo en la repartición de las tierras, en la justicia en caso de conflictos, en la organización del trabajo colectivo (mantenimiento de los caminos, construcción de escuelas) en una región donde el Estado brillaba por su ausencia. Igualmente, los sindicatos organizaron la resistencia de los cultivadores (los cocaleros) contra la estrategia de erradicación de la coca aplicada por el gobierno de Paz Estensoro a partir de 1986, bajo la presión del presidente Ronald Reagan. Esta política también fue aplicada por otros gobiernos hasta la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003.
Los cultivadores de coca del Chapare estaban organizados en seis federaciones sindicales diferentes. Para enfrentar la represión y la erradicación de su cultivo, se vieron obligados a superar las divisiones entre las federaciones, para poder coordinarse mejor y organizar la autodefensa frente al ejército. Por otra parte, a partir de 1988, la CSUTCB, la principal federación sindical campesina boliviana (que agrupaba en su seno buena parte de los cocaleros), se pronunció a favor de la construcción de un instrumento político propio de los sindicatos. Los sindicalistas, tras haber comprobado que nunca lograban un cambio político, particularmente en el nivel del gobierno, se convencieron de que debían dotarse de un brazo político a fin de estar presentes en el Parlamento y en todos los niveles de los poderes públicos, mediante la participación en las elecciones.
La conmemoración en 1992 del 500º aniversario del comienzo de la conquista colonial iniciada con Cristóbal Colón constituyó otro momento importante en la mutación del movimiento social. En aquella ocasión, el 12 de Octubre de 1992, se reunió la primera Asamblea de los Pueblos Originarios, que se considera la partida de nacimiento del movimiento campesino indígena como sujeto político.
Por lo demás, los movimientos cocaleros no son la única expresión de la mutación del movimiento social boliviano. También hay que mencionar las juntas de vecinos, especialmente las de El Alto, una ciudad creció como un hongo, de la noche a la mañana, fuertemente influenciadas también por la tradición sindical y radical de los mineros. Sin olvidar al movimiento contra la privatización del agua en Cochabamba y El Alto. En fin, la COB, que aunque debilitada por las políticas neoliberales sigue activa en varias ciudades y regiones del país. Bolivia es seguramente uno de los países del planeta donde el movimiento social está más desarrollado y más politizado.
De la coca a la presidencia de la República
En 1996, Evo Morales fue elegido presidente de las seis federaciones sindicales de cocaleros del Chapare. A finales de los años 90, Evo Morales y sus seguidores lanzaron el MAS-IPSP (Movimiento al Socialismo – instrumento político para la soberanía de los pueblos) concretando la orientación adoptada en 1988 concerniente a la creación de un instrumento político del movimiento social. Con el paso de los años, el MAS se convirtió en la fuerza política de izquierda más importante, aun cuando también otras experiencias políticas se desarrollaron dentro del esquema de prolongación de la orientación de la CSUTCB de 1988, notoriamente el MIP de Felipe Quispe[8], sin dejar de tener en cuenta a los numerosos partidos de izquierda que tienen un origen más antiguo.
En 1997, Evo Morales fue elegido diputado al Parlamento Nacional con el 70% de los votos en su circunscripción. Al fin de su mandato parlamentario, en enero de 2002, cuando lanzó su candidatura a la presidencia, el Parlamento votó su exclusión,[9] acusándolo de ser el autor intelectual de los disturbios que sacudieran el Chapare durante cuatro días, a raíz del aumento de la represión gubernamental contra los cocaleros. El embajador de Estados-Unidos multiplicó las declaraciones contra Evo Morales durante la campaña presidencial,[10] lo que contribuyó a incrementar su fama y su popularidad. Evo Morales, con humor, dijo que ese embajador se comportaba como si fuera su jefe de campaña electoral. Resultado electoral de junio 2002: Evo Morales llegó en segunda posición y el MAS consiguió 27 diputados y 8 senadores.[11]
La rebelión popular de octubre de 2003 contra la política del gobierno en materia de explotación y exportación del gas, provocó la caída del presidente Sánchez de Lozada, electo en junio 2002, y en diciembre 2005, tras una transición agitada, nuevas elecciones presidenciales dieron la victoria a Evo Morales, con el 53,74 % de los votos.[12]
El programa del MAS y de Evo Morales está constituido por un conjunto de reformas que se proponen principalmente consagrar en todas sus dimensiones los derechos de la mayoría indígena, víctima de más de cinco siglos de opresión. Tienden a restablecer el control público sobre los recursos naturales para que éstos sirvan para satisfacer los derechos económicos, sociales y culturales de los ciudadanos bolivianos. La reforma constitucional apunta a la democratización del sistema político y económico del país. Se trata de un ambicioso programa reformista que no conduce necesaria ni automáticamente en la ruptura con el capitalismo. Si las clases poseedoras deciden aceptar que se hagan concesiones importantes, podrán continuar obteniendo beneficios y el Estado no tocará sus propiedades, salvo que éstas afecten el interés colectivo. Ese es, por ejemplo, el caso de las grandes haciendas baldías. Empero, si las clases opulentas rehusaran hacer concesiones, si las empresas extranjeras comenzaran a sabotear las políticas del gobierno, el proceso podría radicalizarse. La actitud, la vigilancia (auditoría social) y la acción de los movimientos sociales desempeñarán un papel importante. Por otra parte, el presidente de la República, Evo Morales, se ha mantenido al frente de las seis federaciones de cocaleros. El futuro dirá si la presencia del MAS en el poder fue un verdadero instrumento de emancipación de los oprimidos o si, como se ha visto ya en varios episodios de la historia, se transformó en un instrumento del poder para tratar desde arriba de disciplinar al pueblo, acomodándose al orden establecido. El discurso oficial y ciertas realizaciones apuntan claramente en la buena perspectiva, pero hará falta emitir juicio sobre un período de cinco a diez años para ver el giro que tomarán las acciones del gobierno. Esperamos que las enormes esperanzas que el pueblo boliviano ha puesto en su presidente y su gobierno no serán defraudadas.
miércoles, 30 de enero de 2008
Breve comentario de Éric Toussain sobre el libro "El futuro del Foro Social Mundial"
Personalidades comprometidas han participado en el libro El futuro del Foro Social Mundial (Icaria editorial, 2008), un conjunto de reflexiones sobre los foros sociales y el camino que deben emprender. De Nairobi a Cataluña, Madrid y Sevilla, entre otras capitales autonòmicas, han pasado siete años, dónde entidades y movimientos sociales de cualquier parte del mundo han trabajado en la construcción de un mundo más justo. El Foro Social Mundial es el referente en la lucha contra la globalización neoliberal y el punto de encuentro de los movimientos sociales.
El futuro del Foro Social Mundial es un conjunto de opiniones de once autores comprometidos, entre los cuales destacan Éric Toussaint, Walden Bello, Olivier Bonfond, Immanuel Wallerstein, Wangui Mbatia, Michael Warschawski, Miguel Romero, Josep Maria Antentas, Esther Vivas, Hassan Indusa y Pierre Rousset. En este libro encontrarás puntos de vista diversos sobre “los logros, límites y retos del proceso del Foro Social Mundial”, según la introducción. La evolución de este encuentro social dedicado a la discusión del sistema económico neoliberal y propuestas sobre las líneas a seguir pueden ser herramientas esenciales para entender el foro social descentralizado, que se celebrará de ésta forma por primera vez.
Más información en la página web de Icaria editorial.
martes, 3 de julio de 2007
FMI: la historia se repite. Artículo de Damien Millet y Eric Toussaint
Damien Millet - Eric Toussaint
Al contrario del penoso episodio Wolfowitz, bastante prolongado ya que el ex número dos del Pentágono, cogido en flagrante delito de nepotismo, se pegó a su poltrona de presidente del Banco Mundial, la dimisión del director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, dos años antes de la finalización de su mandato, constituye una sorpresa. Por otra parte, su nombramiento en el 2004 también fue una sorpresa, sólo algunos días después de la derrota electoral del gobierno de José María Aznar, al cual Rodrigo Rato pertenecía. Como si un rechazo popular pudiera abrir las puertas de la dirección de una de las más grandes instituciones multilaterales.
Decididamente, este puesto se parece cada vez más a un sillón eyectable que el mismo piloto no duda en accionar. Ya en el 2004, el alemán Horst Köhler sorprendió al mundo económico al presentar la dimisión a su cargo del FMI para asumir la presidencia de la República Federal de Alemania. En el 2000, la partida del francés Michel Camdessus fue más bien la consecuencia de la grave crisis del sudeste asiático; hay que recordar que la acción del FMI, que había acudido en ayuda de los acreedores que habían realizado inversiones azarosas, imponiendo medidas económicas que llevaron al desempleo a más de 20 millones de personas, era fuertemente cuestionada.
No hagamos comentarios sobre las razones personales avanzadas por Rodrigo Rato para justificar su partida, anunciada para el otoño próximo. Pero nos vemos obligados a constatar que varios expedientes delicados para el FMI plantean actualmente graves preocupaciones a una institución que atraviesa, por otro lado, una grave crisis de legitimidad.
La reforma de las cuotas-parte se hunde. Según el proyecto preparado por Rodrigo Rato, cuatro países (China, Turquía, México, y Corea del Sur) deben aumentar su cuota-parte en varios décimos de punto, en el seno del FMI. Aunque en esto no haya nada que pueda realmente modificar la relación de fuerzas, en la actualidad favorable a las grandes potencias, el proyecto no avanza.
El cuestionamiento del FMI aumenta. Los movimientos altermundialistas, como el CADTM, reclaman desde hace años la abolición del FMI y su reemplazo por una institución con objetivos radicalmente diferentes, centrada en la garantía de los derechos humanos fundamentales. Pero, cada vez más gobiernos tratan de desembarazarse de la opresiva tutela del FMI. Venezuela anunció en abril 2007 que se retiraba del FMI. En diciembre de 2005, Brasil y Argentina reembolsaron de una sola vez todo lo que le debían. Otros, como Indonesia, Filipinas o Uruguay, siguieron esta vía, con lo que privaron al FMI de sus principales clientes.
Esto tiene consecuencias en la financiación del FMI, ya que un reembolso anticipado implica una gran disminución en los intereses a cobrar. Hete aquí por qué en enero de 2007 un comité de expertos encargado de estudiar la cuestión recomendó la venta de 400 toneladas de oro del FMI (de un total superior a las 3.200 toneladas). Pero Estados Unidos siempre se negó a que se efectuaran estas ventas. Así mismo, una reunión prevista a este efecto acaba de ser pospuesta un mes, aportando la prueba de que en este ámbito, tampoco las cosas marchan bien.
A pedido de Estados Unidos, nervioso porque el yuan está subvaluado, lo que favorece las exportaciones chinas y aumenta el déficit comercial estadounidense, el FMI acaba de agregar una nueva cuerda a su arco, que está en un estado lamentable: la vigilancia de los tipos de cambio de las monedas. Pero los dirigentes chinos hacen oídos sordos y montan en cólera por este tema contra el FMI, precisamente acusado de ser un instrumento en manos del gobierno de Bush.
Actualmente hay un gran riesgo que nos repitan, una vez más, la misma cantinela: los dirigentes europeos aceptaron la sustitución de Paul Wolfowitz por Robert Zoellick a la cabeza del Banco Mundial a cambio de la garantía de que Europa podrá continuar nombrando al director del FMI. ¡Cómo es posible que este sistema inadmisible de doble cooptación euro-estadounidense pueda aún continuar?
El destino es a veces cruel en este fin de junio de 2007: el director general del FMI dimite mientras que el nuevo presidente del Banco Mundial esta a punto de asumir su puesto, haciendo visible dos instituciones que han perdido el Norte, más preocupadas por sí mismas que por los asuntos del mundo; al mismo tiempo, seis países de Latinoamérica (Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, Brasil y Paraguay) lanzan el Banco del Sur, encargado de promover a escala regional una lógica radicalmente distinta de la —particularmente brutal y mortífera— impuesta por el FMI y el Banco Mundial desde hace décadas.
El mismo día, el informe sobre la riqueza del mundo, publicado por las sociedades Merrill Lynch y Cap Gemini, muestra que el número de millonarios en dólares en el mundo creció hasta 9,5 millones de personas, un aumento del 8,3 % en un año. El patrimonio acumulado de estos millonarios supera los 37 billones de dólares, o sea, más de doce veces la deuda exterior de todos los países en desarrollo. Al mimo tiempo, las poblaciones pobres se hunden en la miseria, particularmente fragilizadas por el fuerte aumento del precio de los cereales en los mercados mundiales. La producción cerealera —en particular del maíz— se dirige cada vez más hacia la fabricación de agrocombustibles para los países más industrializados, lo que conlleva el riesgo de producir crisis alimentarias graves en los países del Sur de aquí a pocos meses.
Hay que acabar con este modelo económico que sólo tiene éxito en hacer más ricos a los ricos y más poderosos a los poderosos. Hay que acabar con este modelo económico que fracasó, porque es el terreno donde se desarrolla la deuda, la pobreza y la corrupción. Como el Banco Mundial, el FMI fue uno de los principales promotores y soporta una pesada carga de responsabilidad. El barco cabecea peligrosamente. El año 2007 es ya un annus horribilis para los partidarios de la mundialización neoliberal. Las movilizaciones populares en todo el mundo podrán hacer los años venideros más terribles todavía.
Damien Millet, presidente del CADTM-Francia (Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org), autor de África sin deuda, Icaria, Barcelona, 2007.
Éric Toussaint, presidente del CADTM-Bélgica, autor de Banco Mundial. El golpe de Estado permanente, El Viejo Topo, Mataró, 2007, y 50 preguntas, 50 respuestas, Icaria, Barcelona y Los tsunamis de la dueda, Icaria, Barcelona.
Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), www.cadtm.org