La rebelión, cotidiana y sutil, de las 'dalits' o intocables contra el rígido y excluyente sistema de castas hindú acaba de romper otra barrera con el acceso al poder de Mayawati Kumari en Uttar Pradesh, el Estado más poblado de la India, con 186 millones de habitantes. Pero más importante aún que el gran éxito político de una de las suyas, es la revolución callada que protagonizan a diario las mujeres de ese grupo social, condenado a los trabajos más serviles y al que se niega incluso la posible seña de identidad de la casta.
Los 140 millones de 'dalits' de la India están, simplemente, fuera del sistema. La misma palabra, procedente del sánscrito 'dal', lo dice todo: significa roto, oprimido. Y este significado, que los propios activistas anti-castas utilizan para representar a la vez su extrema marginación y su esperanza de liberación, se redobla en el caso de las mujeres, que ven añadir a la discriminación de casta la de género.
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lunes, 21 de mayo de 2007
Pero ellas no se rinden
A continuación, una reseña que firma Manu Mediavilla, aparecida en el Diario Sur sobre El columpio de seda, del que ya hablamos en su día aquí.
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