La UE está en horas bajas. Un proyecto de hegemonía sin rumbo claro y con una perdida de legitimidad interna muy grande. Angela Merkel y los bancos alemanes siguen bloqueando la situación económica. Pretenden salvarse dejando que los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) se hundan en un pozo sin fondo de deuda e intereses. Los resultados electorales de Francia y Grecia son un buen ejemplo del rechazo a las políticas de austeridad. La rigidez alemana también está afectando a su propia población hecho que se ha reflejado en las elecciones regionales de Renania del Norte-Westfalia.
A continuación un artículo del brillante analista Rafael Poch...
A continuación un artículo del brillante analista Rafael Poch...
Rafael Poch | La Vanguardia
Tras los griegos y franceses, ahora son los propios electores alemanes quienes rechazan la política europea de austeridad de la canciller Angela Merkel. Su partido, la CDU, recoge el peor resultado de la historia en la importante región de Renania del Norte Westfalia, la más poblada de Alemania: un 26%. Es una señal para Europa y, ahora sí, también para Alemania.
Los dos vectores, el europeo y el nacional, no van juntos, o aún no van juntos, en este país, pero en Renania del Norte-Westfalia es diferente. Esta es una región industrial veterana del carbón y del acero, el Ruhr pertenece a ella. Aquí ya hay localidades con bolsas de desempleo como las de Alemania del Este, mucho menos alejadas de España, de una España asturiana, de lo que se cree. Ayuntamientos endeudados que han cerrado bibliotecas, teatros y piscinas. En la región hay un pasivo acumulado durante décadas de 130.000 millones de euros. Muchos jóvenes talentos emigran hacia las ricas regiones del sur, Baden-Württemberg o Baviera.
Aquí los recortes sociales y la austeridad tocan fibra nerviosa y el candidato de la CDU, Norbert Rötgen, el ministro del medio ambiente de Merkel, planteó las elecciones de ayer, precisamente, como una consulta sobre la austeridad.
A la ministra-presidenta socialdemócrata, Hannelore Kraft, una mujer capaz y de carisma tranquilo como la propia canciller, Rötgen la señalaba como “la reina de las deudas”. Kraft ha gobernado dos años la región con un gobierno en coalición con los verdes en minoría que ha mantenido una línea económica mucho menos rigorista que la que Merkel apunta. “Hemos puesto a las personas en el centro”, dijo ayer. “Ha sido una derrota clara, indiscutible y sin paliativos”, dijo Rötgen. Con el 39% de los votos, una subida de más de cuatro puntos, los electores permiten ahora a Kraft y al SPD gobernar con una mayoría holgada junto con los verdes (12%). Pero la crisis de identidad del SPD está lejos de superarse.
Durante cuarenta años esto fue el bastión electoral del SPD por excelencia. La situación cambió radicalmente después del gran recorte socio-laboral que el SPD acometió en 2003 con la llamada Agenda 2010, un típico ajuste neoliberal. En 2005 el partido se desplomó: del 52% obtenido en 1985 se pasó al 37% y a perder el gobierno, recuperado por la CDU por primera vez desde1958. Ahora las elecciones lanzan una señal favorable para una coalición entre SPD y verdes a nivel federal, en 2013. Algunos sugieren posibilidades como rival de Merkel a Hannelore Kraft, que no pertenece al más bien gris triunvirato de líderes del SPD.
Los otros tres datos de la jornada son la confirmación del ascenso de los Piratas (más del 7%), un partido aún en formación y muy poco definido en las cuestiones esenciales que recoge el descontento y el voto de protesta, robándoselo un poco a todo el mundo, la caída de Die Linke (menos del 3%), la izquierda socialdemócrata y postcomunista que pierde su representación parlamentaria por segunda vez desde las elecciones del día 6 en Schleswig-Holstein, y el mantenimiento de los liberales del FDP (8%) que se recuperan ligeramente.
A nivel federal la CDU de Merkel mantiene en los sondeos una ventaja de diez puntos sobre el SPD (36% contra 26%), la canciller es, con mucho, la política mejor valorada y los alemanes siguen apoyando su énfasis contra el gasto (59%), lo que sugiere una posición desahogada para los conservadores. Pero algo está cambiando. El principal activo de Merkel es que su oposición no cuestiona su línea en lo fundamental, ni explota sus puntos flacos, pero cada derrota regional de la canciller es una invitación al SPD a superar su actual papel de comparsa. Lo mismo pasa con la victoria de Hollande en Francia y con el voto griego, que no se entiende, o no se ha querido entender.
El 78% de los griegos quieren que su país se mantenga en el euro y un 66% han votado por opciones contrarias a la actual política europea. Es un mensaje, claro y democrático, que invita a una revisión de la actual política europea, pero en Berlín y Bruselas no se acepta esa invitación, se presenta a los griegos como radicales asilvestrados, desentendiéndose de los tres años de pesadilla que han cambiado sus vidas y comportamientos políticos, y se responde con amenazas de castigo con una salida del euro de diversa acritud por haber votado incorrectamente. La situación lanza un desafío a la dignidad civil de los europeos, cada vez más gobernados por personajes e instituciones no electas al servicio de la banca, y por decisiones extranjeras que eluden toda soberanía.
Es sencillamente inimaginable que el SPD alemán se ponga al frente de las ilusiones regeneradoras, de revisión y corrección que ha despertado François Hollande, que viene mañana a Berlín a entrevistarse con Merkel, pero es innegable que todo eso sumado, lo regional alemán y lo europeo, favorece una mayor decisión de los socialdemócratas alemanes. Su jefe, Sigmar Gabriel, ha dicho que no quiere saber nada de una coalición con Merkel. La canciller los necesita para aprobar en Alemania su pacto fiscal. Habrá que ver.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20120513/54293268490/la-austeridad-de-merkel-pincha-en-elecciones-en-el-rin.html
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